Todavía queda por certificar la permanencia en Segunda División y pelear por terminar la temporada de la forma más digna posible. Después, de la mano de la dirección deportiva encabezada por Lalo Arantegui, será la hora de crear un nuevo proyecto que vuelva a ilusionar a la Peña Zaragocista de Garrapinillos en particular y a toda la afición blanquilla en general. Para ellos, la gran parte de su dosis de moral de cara a la campaña que viene pasa por algo por lo que hubieran apostado mucho antes: la cantera.

«Cuando salió Vallejo hace unos años era el momento perfecto para sacar un proyecto de aquí y resurgir de nuestras cenizas porque no te exigían el ascenso. Los últimos retoques de fichajes, como Lolo o Tato, no ayudaron y los entrenadores son cobardes y parece que les dé miedo que triunfe uno de la cantera», considera Rafa Estaje, presidente de una peña que cuenta con un centenar de socios y más de una treintena de abonados al Real Zaragoza. Emilio Cruces pone el ejemplo de la selección aragonesa sub-18, recientemente campeona de España: «Lo hicieron sin Subías, Clemente y más jugadores que están en el Villarreal o el Real Madrid. ¿Hace falta realmente un Popa, un Bagnack o un Casado cuando se demuestra que en Aragón hay cantera?». «No entiendo cómo el Real Zaragoza no hizo un pasillo a los campeones. Da que pensar, porque es un gesto muy fácil», agrega Estaje.

Sorpresa con Láinez

Para los peñistas, el problema de la cantera viene de lejos y tiene mucho que ver con la gestión deportiva. Estaje cree que la Fundación 2032 «nos salvó, pero a partir de ahí ha sido un desastre en el aspecto deportivo, que es de un cero pelotero, aunque la gestión económica es de cum laude. A Fernando Rodrigo habría que hacerle un monumento», afirma. Además, agrega que «con Sergio Gil se ha cometido una gran injusticia». Mientras, coinciden todos en que Narcís Juliá fue una decepción porque «solo iba al Barcelona B y hay que ser un poco más abierto a la hora de fichar», asevera Rogelio Barón, quien, como el resto de miembros, confía en Lalo Arantegui para la confección del próximo proyecto. Para Tomás Castillo, el director deportivo le gusta porque «va sin bombo y platillo y, aunque pasa desapercibido, trabaja mucho».

Sobre César Láinez, los peñistas de Garrapinillos confiesan que no les convencía que cogiera el primer equipo, pero que su labor tras estos partidos les ha sorprendido para bien. Según Estaje, «lo que ha hecho con Pombo es lo que nadie se ha atrevido a hacer. También con Ratón, porque hemos tirado media temporada enredando con los porteros». «Me alegro de haberme tenido que tragar mis palabras. Éramos carne de Segunda B. Eso sí, me gustaría que no siguiera y que fuera como antiguamente Luis Costa o Manolo Villanova, un interino que, cuando tenga que salir a primera plana, lo haga consolidado», añade Cruces. Según Tomás Castillo, a diferencia de Raúl Agné, «sus ruedas de prensa son normales y que conteste sinceramente se agradece». Sin embargo, no todo es de color de rosa para Barón: «El otro día ante el Getafe se equivocó y los experimentos, con gaseosa. Si llevamos todo el año viendo que Casado no vale, pues José Enrique al lateral zurdo y se saca a Jesús Valentín».

De cara a la temporada que viene, además de la confianza en que Lalo Arantegui pueda hacer un buen equipo, para Emilio Cruces «hay varios jugadores muy válidos que deberían seguir y es mejor fichar tres buenos y tirar de la cantera que traer a diez mediocres». Quizá esa sea la fórmula adecuada para devolver al Real Zaragoza a su sitio natural, que es la Primera División.