Víctor Lobo no está acostumbrado a los elogios, las entrevistas y los homenajes. Siempre ha sido un deportista humilde y modesto y ha preferido estar en la sombra. Pero ayer fue un día muy especial para el único aragonés que va a disputar los Juegos Olímpicos de Sochi. Lobo, que competirá en la modalidad de biatlón, recibió el homenaje de su club, el Stadium Casablanca, entidad en la que se formó como deportista ganando seis nacionales de triatlón blanco

El acto, que se celebró en el salón de actos del club, contó con los delegados de todas las secciones, periodistas y amigos. Todos los focos apuntaban al esquiador que iba con una chaqueta verde del Casablanca. Encabezó este día grande Javier Sierra, el presidente del Stadium.

PRESENTACIÓN "No es normal que Casablanca tenga un deportista olímpico. ¡Pero lo tenemos!", exclamaba Manolo de Miguel, el responsable de comunicación de la entidad. Después empezó a hablar de forma tranquila y pausada Lobo. En el salón no se oía un murmullo. Durante ocho minutos explicó su trayectoria en el biatlón. "Dejé el triatlón de invierno hace cuatro años. Nunca había probado el tiro de carabina y empecé a entrenarme en solitario".

Este año vio el camino más claro para los Juegos en Idre, una localidad sueca donde se celebra una prueba de la Copa IBU. "Allí logré un wild card para disputar tres competiciones de la Copa del Mundo". Lobo habló de su entrenamiento cotidiano. "Voy y vuelvo del trabajo diariamente con roller-sky. Son 20 kilómetros y voy a la nieve una vez a la semana. Desgraciadamente no me han autorizado a entrenarme en el estadio de biatlón de Candanchú", explicaba. El domingo viaja con la selección a Sochi. "Voy solo y sin entrenador. Haré lo máximo que pueda. Con tanto nivel es difícil hablar de resultados", apuntaba el zaragozano.