Porfirio Fisac acostumbra a ser un libro abierto, a expresar lo que quiere y lo que siente en el instante justo y preciso para causar un efecto positivo. En la previa del partido de este sábado frente al Iberostar Tenerife (20.30 horas, #Vamos), el que cierra una primera vuelta extraordinaria, de sobresaliente, el entrenador segoviano dio varios toques de atención que se pueden resumir en una frase contundente y lapidaria: «Tenemos un partido y no nos veo preparados para ganar mentalmente ni en trabajo».

El Casademont Zaragoza lleva, en palabras de su técnico, «varias semanas despistado», lo que hace que esté «a disgusto». Además, se quejó de que «no entrenamos y no tenemos tiempo suficiente para trabajar y pulir los detalles». El entrenador ve relajación en el equipo porque vive en una especie de indefinición de objetivos. Como no puede ser de otro modo, Fisac celebra que el

Casademont sea cabeza de serie en la Copa, que haya mejorado en Europa y sea uno de los mejores exponentes en la Liga, pero todo eso «ya se ha acabado». Es pasado y hacen falta más victorias en este tramo hacia los meses primaverales, cuando se juega el todo por el todo.

Por eso Fisac reclama la máxima atención frente a un Iberostar Tenerife que anda a la zaga de los zaragozanos. Los isleños, además de llevar una dinámica autoritaria en la Basketball Champions League, son cuartos en la Liga Endesa a solo dos triunfos del Casademont y, por si fuera poco, dependen de sí mismos para ser también cabezas de serie en la Copa. Es un partido, por tanto, de gran exigencia.

La pista auxiliar

De todos modos, no hay motivos para el alarmismo. El conjunto aragonés se repuso de la dura derrota en Andorra en Liga ganando en la Champions en Hungría al Falco y, aunque el último tropiezo liguero dejó al Casademont a un triunfo del liderato, los zaragozanos siguen en una situación privilegiada.

Eso sí, además de luchar contra un Iberostar de dulce, Porfirio Fisac lo hará mermado por las lesiones. Seibutis dio «un paso atrás» en su recuperación y San Miguel será baja por un golpe en la zona pélvica que está pendiente de evolución. Además, sobre Justiz dijo que «a ver si le pueden infiltrar para que pueda estar en el partido».

En el bando contrario, el gran peligro tiene pasado en el club y es de sobra conocido en el Príncipe Felipe: Giorgi Shermadini. El pívot está cuajando, de nuevo, una temporada extraordinaria con 18,3 puntos de media y 24,4 de valoración, unos números que le convierten en el principal temor del Casademont, sin olvidar a jugadores como Marcelinho Huertas, Sasu Salin, Dani Díez, Gielo o Bogris, que exigirán el máximo.

Para Fisac, «hemos perdido un poco esa mala leche que debe tener saber jugar en este club y conmigo». «Me falta un poco de fuerza, nos ha debilitado el nivel de lo que hemos estado haciendo y esto complica bastante saber que debemos ser un equipo que consigue las cosas a base de muchísimo esfuerzo», aseguró antes de pedir el apoyo de la afición «más que nunca».

Pero otro aspecto que le mantiene especialmente inquieto es la falta de entrenamientos y, además, que muchos sean en la pista auxiliar del Príncipe Felipe. Volvió a recalcar Fisac que «entrenamos más bien poco», tanto que «hacía tres semanas que no tenía la pista central», algo que «no comparto» ya que «necesito entrenar y trabajar». «No sé de quién es la culpa, pero mía no. Estamos en la pista auxiliar y creo que no es bueno para nosotros. A veces es una cuestión de doble competición, viajes, instalaciones… son muchas cosas. Por eso necesito que el grado de confusión no sea grande», comentó. Además, «la clasificación despista a quien no es maduro y ahora mismo estamos despistados», reiteró. Toque de atención para evitar relajaciones en un duelo de altura ante el Iberostar.