El Casademont volvió como siempre, haciendo tantas cosas bien que al Estudiantes le resultó imposible ganar. Y lo intentó hasta el final, pero cuando el equipo de Fisac encuentra el ritmo, comparte el balón, anota con fluidez, defiende, tumbarle requiere de un esfuerzo titánico. Y al Estudiantes, con mucho de Avramovic y un poco del resto, no le dio de sí para contrarrestar tanto caudal de juego (97-87). El Casademont continúa a su marchica en la Liga Endesa, defendiendo el tercer puesto como si fuera lo más normal del mundo.

El parón de la ventana FIBA le ha venido bien al equipo aragonés para resetear, para salirse del ritmo agobiante que suponen a veces las dos competiciones y tomar aire para lo que viene, que es de aúpa. La tarde empezó con la baja de última hora de Fran Vázquez por problemas físicos, lo que precipitó el debut de Thompson. El último fichaje del equipo, llegado el pasado lunes a Zaragoza, salió de inicio. También Jackson, el heroe del pasado al que se ha aferrado el Estudiantes para no comprometer su futuro. Las ganas con las que ha llegado el pívot, el hecho de que el Estudiantes no tenga un gran cinco de referencia y el compromiso del resto del equipo por echarle una mano para que se adapte cuanto antes propiciaron un debut más que interesante del norteamericano. Es grande pero ágil, contundente cuanto hay que serlo, generoso para asistir. Eso es lo que se vio en su debut, que terminó antes de tiempo eliminado por cinco personales, le quedan más de tres meses para demostar qué puede hacer.

TODO EN SU SITIO / Su presencia hizo que Fisac optara por jugar con un cinco de referencia casi todo el partido, utilizando a Radovic en esa posición solo en momentos puntuales. Y el montenegrino fue de lo mejor del equipo, una vez más, en cualquier posición, durante todo el partido. Anotación, tapones, defensa, asistencias para Thompson. Un partido completísimo. Fisac jugó con diez jugadores (Vázquez estuvo en el banquillo y Krejci salió dos segundos) y consiguió superar al Estudiantes con su ritmo machacón y constante. A pesar de que la grada se enfadó, y mucho, con la diferencia de criterio de los árbitros para señalar los contactos en una y otra zona.

Con Jackson bien tapado, se destapó Avramovic, que ofreció una exhibición (35 puntos). Poco más ofreció el Estudiantes, aparte de un gran sentido del sacrificio, un poco de Pressey, Arteaga. Insuficiente, en cualquier caso. El Casademont volvió a ser ese equipo que hace tantas cosas bien (26 asistencias, 39 rebotes, 120 de valoración) que logra ponerse casi 20 puntos por encima (76-58, +18) sin que el rival sepa muy bien cómo, sin que apenas se dé cuenta, sin saber cómo responder. El equipo aragonés puede ganar con facilidad aunque Seeley no anote. Ya lo harán otros. Ayer, Brussino y Radovic, principalmente. Cinco jugadores estuvieron por encima de los diez puntos y otros tantos acabaron con más de diez de valoración.

Parecía un día más en la oficina pero hubo un pequeño susto al final. Javier Zamora, técnico del Estudiantes, planteó una zona que se le atragantó al Casademont. El equipo aragonés se quedó sin puntos durante unos minutos y los colegiales, a base de triples, recortaron la distancia hasta los 4 puntos (82-78 a 3.54 del final). Un momento de apuro que el Casademont resolvió con oficio, volviéndose a aplicar atrás, encontrando de nuevo el acierto, disparando la distancia hasta los diez puntos como si tal cosa. La grada volvió a festejar, a reencontrarse con su equipo y a recordar lo bien que se lo pasa con este Casademont. El conjunto de Fisac ha vuelto del parón con energías renovadas. Ha vuelto como siempre.