El Casetas desperdició una ocasión de oro de asegurar la permanencia en Segunda División B, regalando en bandeja la victoria al Alcalá que sólo tuvo que esperar los fallos clamorosos del guardameta local Luisén, quien regaló el primer y tercer gol, colaboró con su ineficacia en el segundo y a punto estuvo de regalar un cuarto en el minuto 30 de la segunda parte. Los demás jugadores, al verse prematuramente con un resultado tan contundente en contra, se mostraron impotentes e incluso fallaron un penalti lanzado por Gusi en el minuto 86.

GAFADO El Casetas estaba gafado y perdió el partido más importante de su historia, lo que obligó al Alcalá a recoger con educación deportiva el regalo y a administrar el partido con absoluta naturalidad y sin sobresaltos.

Para empezar, la llamada a la federación de Interpeñas para que acudieran en masa a San Miguel para que apoyaran a los blanquiazules, pagando solamente 5 euros, fue una decepción enorme porque allí solo estaban los aficionados fieles de siempre, quienes esta vez ni se vieron apenas, porque hacían más número y animaban más los seguidores del Alcalá, que se desplazaron en tres autocares y en coches particulares.

El partido fue un monólogo a raíz del malentendido de Míchel con el portero Luisen que supuso en el minuto seis el 0-1. El Casetas intentó hacer jugadas de gol en las inmediaciones de la portería del Alcalá pero en una falta y en otros regalos del cancerbero cedido por el Racing de Santander, recibió la derrota más amarga de la temporada.

Esta vez, salvo Iván Martínez, que estuvo trabajador y acertado siempre, el Casetas falló y sus jugadores no supieron sobreponerse a la importancia del choque con el rival directo que tenían enfrente. El Alcalá, por su parte, no hizo nada para ganar, y sólo se dedicó a recibir lo que le daban. Faltaron el fútbol, el aplomo, las ideas y la cohesión de otras jornadas, lo que puede dar la razón al técnico José Soler quien, al final del partido, se sentía ya descendido a Tercera División. Solamente un milagro puede cambiar el destino del Casetas.