"Aislado", "con rabia", "dolido", "como si fuera la peste". Así se sintió Iker Casillas en el peor momento de su relación con José Mourinho, en la última etapa del técnico portugués en el Madrid. El capitán del equipo blanco y de la selección española rompió este lunes su silencio en una entrevista con Iñaki Gabilondo en Canal+ y habló de todo, también de su situación actual en el club, de la polémica llamada a los azulgranas Xavi Hernández y Carles Puyol, y de su relación con Sara Carbonero.

"He pasado una mala racha de la que siempre sacas conclusiones muy positivas", empezó el portero. "Este país, igual que tiene en la balanza miles de cosas positivas, tiene malas como la envidia. A gente que ha intentado hacer las cosas lo mejor posible, enseguida queremos hundirla. Hace unos meses parece que todo era nefasto, era el culpable de todo. Me sentí como el primer problema que todos querían erradicar, parecía la peste", añadió.

El inicio de las críticas

Casillas vive actualmente un situación peculiar en el Bernabéu, con un sector de la afición en su contra, que le silba hasta cuando realiza paradas. Una situación que empezó a fraguarse con Mourinho en el banquillo. "La primera etapa fue muy buena, la última no tanto. Era una relación que no da más de sí. Tiene mi máximo respeto porque es entrenador, pero si hay una cosa que no te gusta hay que debatirla, lo que no quiere decir que seas más que tu entrenador, que es tu jefe", afirmó sobre el portugués, que según reveló pasó de interesarse por él a diario a no volver a hablarle.

Pese a ello, reconoció que la suplencia con la que fue castigado en La Rosaleda en diciembre del 2012 para que jugase Antonio Adán le vino bien porque la tomó como "un toque de atención fructífero". Pero antes llegó una llamada que en su opinión comenzó a enturbiar su relación con los seguidores del Madrid y que quiso aclarar.

La tensión de los clásicos

"Se cuenta una historia que no es la real. Llamé a Xavi y Puyol para echarnos la bronca mutuamente. No era normal la situación en los clásicos. Era lamentable. Había mucha tensión, cada uno miraba por lo suyo, pero en aquella trifulca final se fue todo de las manos. Nosotros estábamos defendiendo a nuestro entrenador. Hablé con ellos, nos dijimos de todo, ellos acusaban a compañeros de excederse y yo les dije que ellos protestaban al árbitro", recordó. "Iker no pide perdón a Xavi. Muchos lo han querido vender así para que digan que el capitán del Madrid se baja los pantalones ante el del Barça. Lo hice porque no éramos ejemplo para el fútbol y para los niños. Hablamos y fue tenso porque cuando íbamos a la selección nos teníamos que ver la cara y nos reprochábamos cosas unos a otros", añadió.

Aseguró Casillas que Mourinho nunca le dijo si le molestó o no esa llamada y que aunque pedía que fueran de cara la realidad fue distinta. "Nuestra relación fue muy buena en el 2012. Le gustaba que fuésemos de frente y jugadores como Ramos, Cristiano o yo siempre fuimos así. En verano, la relación es fenomenal, en la Eurocopa hablábamos todos los días, pero se tuerce en la Navidad del 2013. No hubo problemas serios entre nosotros, los típicos de los vestuarios. Creo que había discrepancias pero no mala relación", aseguró.

El desliz de Carbonero

Y puso sobre la mesa unas palabras de su pareja, la periodista Sara Carbonero, que resumió el mal ambiente del vestuario, como el hecho que se sirvió para poner a gente en su contra. "Sara no cometió un error. Le preguntan, es periodista y dice lo que todos decían en los días previos. Ella podría decir muchísimas cosas del vestuario, más de las que la gente puede pensar, pero solo se hizo eco de lo que se hablaba. No era una exclusiva. Me pareció fenomenal lo que dijo pero desde ahí hubo más problema conmigo. La gente empezó a decir que era el que pasaba información. Nunca pasó y Mourinho nunca me dijo nada de esto", explicó.

Todo ello coincidió con la lesión más grave de su carrera, una fractura en la mano, en la que Casillas, preguntado por Gabilondo sobre Florentino Pérez, asegura que se sintió "aislado". "Estuve dos meses fuera y es entonces cuando empiezo a ver un movimiento que me causa sorpresa. Todo el día se habla de Casillas estando lesionado. Vi demasiada suciedad, me llamaban filtrador y traidor", recordó. "Me quedé un poco aislado. Estás lesionado y no tienes convivencia con el equipo. Quería estar dentro y lo pedí. Hubo una ruedas de prensa del entrenador que no fueron las mejores", detalló.

La idea de abandonar el club

Para entonces ya muchos pensaban que era un topo. "Es un poco injusto pero entiendo que la gente empezara ese movimiento. Quiero pensar que el entrenador y el presidente no lo pensaban", agregó, aún dolido. "Duele porque llevas aquí desde los 9 años, 15 en el primer equipo. El público es soberano pero tienes tu corazoncito y también te duele --subrayó--. Siempre estas cuestionado y más en el Real Madrid. A lo mejor tenía que haber hablado en su momento y haber contestado a Mourinho. Opté por el bien del club y guardar silencio".

Por todo esto Casillas llegó a pensar en abandonar el equipo, y esa idea sigue estando en su cabeza por el ambiente que vive en el presente en el Bernabéu: "Lo pensé y a día de hoy también cuando ves la situación que hay en el inicio de temporada. Si molestas, no quieres crear polémica con nadie, eso piensas en voz baja, pero en tu interior dices: 'Qué narices, de eso nada'. Hay que competir y luchar tras 15 años en el primer equipo. Esforzarme para renacer de mis cenizas".

La relación con Arbeloa

El guardameta también dejó claro que nunca pidió la destitución de Mourinho --"los capitanes hablamos con el presidente temas del vestuario. No pedimos jamás que se fuera, todo lo contrario. Como entrenador ha sido entre los dos mejores que he tenido"--, que nunca se ha entrenado mal --"no necesito ir al gimnasio a hacer dominadas y mil fondos. Lo he hecho y no me viene bien. No tengo cuerpo escultural pero si unas piernas fuertes desde pequeño"-- y que mantiene una relación de compañeros con Arbeloa --"tenemos discrepancias en cuanto a visiones en el equipo, pero no en el momento en que Álvaro me lesiona. La relación no es como la de hace cinco años, pero es educada y de respeto"--.

Para acabar, terminó mostrando su ilusión por seguir con la selección española y quitarse el mal recuerdo dejado por el Mundial de Brasil: "Estoy soñando con Francia 2016 porque el Mundial me dejó tocado. No fui el Iker Casillas que estaba acostumbrado a sentir. Tengo una espinita clavada. Podría decir que he ganado dos Eurocopas y un Mundial con un papel positivo, pero todos nos quedamos con lo último y no me ha gustado el papel que hice. Lucharé para estar en la Eurocopa siendo cauto, humilde y teniendo los pies en la tierra".