Lo repitió varias veces: "No vengo a romper nada". Y es que Luis Casimiro debe hacerse cargo del Casademont Zaragoza en el último mes y medio de competición y con doble partido cada semana, por lo que no va a tener mucho tiempo de moldear el equipo a su gusto. "El equipo necesita poquita cosa para poder mejorar, mi idea es ayudarles con mi experiencia", explicó en su presentación.

Se habló sobre todo de presente y de futuro inmediato, con la actualidad atropellándolo todo. Pep Cargol, director técnico, explicó cómo se había producido la negociación. "Cuando le llamo está en el coche, viajando de Granada a Asturias, estaba a mitad de camino. Al llegar a Asturias me llama para decir que aceptaba. Eso habla de su energía, de sus ganas, que se unen a su experiencia, su manera de ser y su talante", destacó Cargol.

Casimiro lo corroboró. "Eran las cuatro de la tarde y no sabía quién era porque no tenía el teléfono de Pep. Me sorprendió su propuesta y tuve que procesar el cambio del que teníamos previsto hasta el verano. Decidí venir. La negociación fue rápida porque las dos partes teníamos ganas", explicó el técnico, que no mira más allá del final de temporada, cuando expira su contrato. "Mi experiencia me permite no ir a asegurar años de contrato sino estar donde estoy a gusto y convencido. No tengo la necesidad de cubrirme con años. Si estamos convencidas las dos partes no habrá problemas para seguir, si no estamos abiertos a que cada uno siga su camino", indicó.

El nuevo preparador del Casademont tiene claras las virtudes de su nuevo equipo y qué debe mejorar. "La virtud del equipo está en su talento ofensivo, tiene puntos fáciles, juega con alegría. El baloncesto es un equilibrio entre atacar y defender. Vamos a intentar mejorar las dos facetas. Hay que mejorar algunos aspectos, poner más énfasis en la defensa y en controlar el rebote, pero esto es equilibrio. Son igual de importantes las dos facetas", destacó.

Casimiro tiene que engancharse a un tren en marcha. "Es un reto que me motiva y me apasiona, cómo meter mis ideas sin parar al equipo. No quiero romper nada. Ya me ha pasado otras veces. Sabemos que estamos en el último medio y que soy yo el que me tengo que adaptar al equipo, intentando no romperlo. Vamos a intentar incrementar un poco el ritmo si puedo pero son matices, no hay que cambiar grandes cosas. La diferencia son los pequeños detalles".

El manchego estuvo ayer viendo en directo a su nuevo equipo y salió encantado. "Hay que felicitar al cuerpo técnico por su trabajo y planteamiento, el equipo jugó muy bien, con un gran esfuerzo defensivo y muy lúcido en ataque. Me gustó muchísimo, también la actitud de los jugadores", apuntó el entrenador, que por la mañana ha tenido su primer contacto con sus ayudantes y, esta tarde, lo tendrá con la plantilla. "Será mi primer entrenamiento pero tiene que ser como si llevara aquí toda la temporada. Mi discurso al principio no será de más de cinco minutos", apuntó.

El gran reto para Luis Casimiro y el Casademont Zaragoza es la final a ocho de la Champions. "Es como una Copa del Rey. Está en nuestra mano si nos lo creemos y jugamos cada partido como si fuera el último", dijo el técnico. Casimiro se estrenará en el banquillo este mismo miércoles en Burgos, donde el Casademont juega el partido de la jornada 36 adelantado porque estaba programado para el fin de semana de la final a ocho.