Nadie quiere pisar el acelerador a lo loco y obsesionarse con una huída en plan suicida. La cautela amordaza dentro del vestuario el optimismo que el CAI ha generado tras levantarse de los infiernos con tres baños de gloria seguidos. Los jugadores saben que el trayecto que les queda para alcanzar la cima de la LEB es todavía complicado y largo, pero, sin ponerse cotas obligadas, esperan colocarse entre los cuatro primeros antes de las Navidades cuando se cierra la primera vuelta. Para ello el CAI debería ganar los cinco partidos que le restan (Ourense, Calpe, Alerta, Valls y Huelva) y esperar los pinchazos de sus adversarios para que el adelantamiento fructifique. "Dependemos de los demás para seguir subiendo puestos, pero si mantenemos nuestro nivel esperamos no perder ninguno más. Lo ideal sería entrar entre los cuatro primeros", expone Roberto Núñez.

El renacimiento de los últimos tres dulces triunfos ham impulsado al CAI hacia arriba. Tras vencer en Los Barrios ha penetrado de nuevo en la zona playoff (es octavo), un objetivo primario pero insuficiente. El terreno perdido con los desvanecimientos iniciales ha desperdigado por delante a una serie de siete equipos. El CAI aún está a cuatro triunfos de los líderes Fuenlabrada y Menorca, a tres del Murcia y el Huelva, a dos del León y el Valls y a uno del Tarragona, la próxima presa a cazar.

Ganar y ganar

Las distancias están ahí, pero la plantilla del CAI prefiere ocultarlas en el horizonte del día a día y centrar su preocupación en estirar la racha lo máximo posible. Calman su pulso y piden un deseo: ganar todos los partidos antes de Navidad. Ese es el objetivo. "Lo que queremos es ganar todo lo que nos queda. Estamos en la buena línea. Si nosotros estamos bien son los demás los que se tienen que preocupar y no nosotros del resto", afirma un optimista Gladiador Fernández, al que este sprint supone también un examen personal para saber si continuará en el equipo (su contrato finaliza con la primera vuelta).

El escalón de diciembre es un objetivo a corto plazo. Sin embargo, la obsesión real se fecha en abril. "Entrar entre los dos primeros es una exigencia real para nosotros. El equipo se ha creado para eso. No es algo vital, pero sí prioritario", ratifica Txemi Urtasun, aunque en el vestuario hay quien minimiza esta obligación. "Lo mejor sería eso, pero el deber es estar en los playoffs. Entonces, cualquiera puede ganar y nosotros seremos un rival muy peligroso", comenta Núñez.

La tranquilidad del anfitrión

El estar clasificado para la Copa como anfitrión quita un dolor de cabeza. "Al ser anfitriones tenemos esa tranquilidad de no tener que ir a por ello como el resto. No tenemos esa preocupación", piensa Txemi Urtasun. El gigante de la reconversión, Asier García utiliza un lenguaje sereno, pero coincide con el escolta navarro en este apunte: "Si no tuviéramos la clasificación de la Copa estaríamos más forzados. Ahora nos podemos centrar en estar lo mejor posible de cara a la segunda vuelta. Lo que realmente preocupa a los que están arriba es el ascenso, lo que todos queremos", incide el pívot.