Llegó hace tres años al Camp Nou por expreso deseo de Guardiola y del desaparecido Tito, que lo pidieron con insistencia durante dos veranos. Y se irá ahora, tras el Mundial de Brasil que disputará con España, en un insólito viaje de ida y vuelta. Insólito y doble viaje de Cesc Fábregas, el interior que venía del Arsenal --costó 34 millones de euros y 6 más en concepto de variables en el 2011-- para evolucionar el estilo del Barça. No solo no lo ha evolucionado, sino que ahora anda preparando las maletas para volver a la Premier.

El Chelsea de Mourinho lo quiere reclutar para ocupar la plaza de Lampard, que ayer anunció a sus 35 años que deja Stamford Bridge. El Manchester City de Pellegrini y el United de Van Gaal también siguen atentos. Vino para suceder a Xavi y tomar su legado. Pero se tendrá que ir sin encontrar su sitio en el Barça, a pesar de que Guardiola, Tito y Tata removieron el once para hacerle un hueco adecuado, cambiando sistemas incluso. Pep probó con el osado 3-4-3 y Martino usó la fórmula de los cuatro volantes.

Se marchará incomprendido por la afición, que le silbó esta temporada, en la que dejó grandes números (52 partidos, 43 de titular, 13 goles, 16 asistencias), apagados siempre por una tradicional mala segunda vuelta. El centrocampista volverá a las Islas Británicas, el lugar donde más cómodo se ha sentido como futbolista. Hace un año pudo irse, pero entonces era intransferible. Ahora esa puerta ya está abierta, puesto que Luis Enrique no lo considera imprescindible.