La Champions de verdad, la del todo o nada en dos asaltos, vuelve a las 20.45 para el Barça en París, una ciudad que no se le ha dado mal en los últimos años, y con un comandante rival nuevo en la plaza, Unai Emery, tal vez uno de los entrenadores que con más empeño ha intentado combatir al Barça. Con muy poco éxito, por cierto. Pero si algo caracteriza a Emery es la tenacidad, y él está seguro de que alguna vez se saldrá con la suya. Hasta poético se puso en la conferencia de prensa en el Parque de los Príncipes para evocar lo que le inspiran estos octavos: «Cada oportunidad la siento como un tesoro».

Ocurre que el Barça no es un botín sencillo de arrancar, como saben bien tanto Emery (solo una victoria en 23 enfrentamientos como técnico) como el PSG, que se ha ido a la lona en los duelos de las temporadas más recientes (en cuartos de final, en el 2013 y en el 2015).

El Barça aterrizó a mediodía en París con los papeles meteorológicos cambiados: se fue bajo la lluvia de Cataluña y se encontró en la capital francesa con un solazo mediterráneo. Habló Emery por la mañana y Luis Enrique lo hizo por la tarde, buenas palabras, mucho respeto en ambos planteamientos.

Ambos pueden presumir de haber superado semanas de titubeos y se acercan a sus mejores versiones. El Barça del desorden en el centro del campo respira mejor porque están de vuelta Busquets e Iniesta; y ayuda lo suyo saldar con un 0-6 la visita al que será el rival en la final de Copa. Para Emery se torció la jornada al saber que su gran bastión, el capitán y líder defensivo Thiago Silva, no jugará por lesión de última hora. Hay que añadir la conocida baja del otro Thiago, el exazulgrana Motta, sancionado.

Y, por supuesto, está Messi, máquina casi infalible por lo sobrehumano, con el punto de mira muy fino en esta Champions, en la que lleva 10 goles, dos tripletes incluidos. No enfatizó mucho el técnico del PSG en la amenaza que supone el argentino, lo ha sufrido mucho. «No vamos a hacer cambios drásticos», respondió a una pregunta concreta. Pareció más interesado en subrayar la importancia que pueden tener en el partido «los duelos individuales», y advirtió: «Mis jugadores están muy motivados. Para el Barcelona también va a ser duro».

SOLO UN TROPIEZO / Luis Enrique presenta un Barça casi inmaculado en Europa, con solo una derrota en la liguilla (ante el City) y cinco victorias, con una veintena de goles, de los cuales, es extraño, Luis Suárez solo ha marcado dos, en el debut ante el Celtic. Y el uruguayo es clave porque tiene un talismán en las botas: cuando él marca, el Barça nunca pierde. Lo ha hecho en 70 partidos desde que llegó al Camp Nou, con 65 victorias y 5 empates.

El nueve del Barça tendrá enfrente a su compatriota Cavani; paisano hasta de ciudad (Salto), que lleva 25 goles en la Liga y 6 en la Champions, liberado de la sombra y los trabajos forzados a los que le obligaba la convivencia con Ibrahimovic. Hoy cumple 30 años y amenaza con celebrarlo con goles. La obsesión del PSG, no obstante, es no encajar.

El Barça, dijo Luis Enrique, afronta el partido con sus mejores armas pese a las bajas por lesión de Aleix Vidal y Mascherano. Al eje de la zaga vuelve Piqué, reservado en Vitoria. «Él no quiere descansar nunca, pero o lo protegemos un poco o hay riesgo de lesión», afirmó el míster, que prefiere pensar en el encuentro «como si el de vuelta no existiera». «No hay nada mejor para la eliminatoria que ganar aquí. Conociendo a Unai y la línea de sus equipos, siempre intenta complicarnos la vida desde la presión. No creo que haya un entrenador que se haya medido más veces a nosotros, nos conoce a la perfección», afirmó el asturiano, que ve al PSG «más ordenado» que en pasadas campañas. “Con respecto a otras temporadas está más ordenado con el balón, más estructurado, un equipo peligroso por el perfil de sus jugadores de ataque. A nivel defensivo tiene infinidad de soluciones con diferentes tipos de presiones que hemos podido estudiar. Creo que ha sido un gran fichaje y el tiempo le dará la oportunidad de demostrarlo».

Por su parte, Emery aseguró no sentirse «inferior» a nadie. «Tenemos un grupo con jugadores que quieren escribir una historia excepcional en el PSG, individual y colectiva. Hay jugadores que en el pasado ha hecho cosas excepcionales y querrán repetirlas. Nosotros tenemos que tratar de evitarlo y sacar las nuestras, que son muchas. Pero no vamos a hacer cambios drásticos para eso», dijo el vasco, que aseguró que el de esta noche «es un momento único, diferente, que tenemos que aprovechar para dar un paso más. Quiero crecer. El PSG quiere crecer. Es un proceso que se hace con trabajo, superando las dificultades del camino».