Solo habían transcurrido nueve minutos de partido y los jugadores del Chapecoense, los que han llegado estas últimas semanas, los que jamás podrán cubrir la baja de unos futbolistas que nunca tuvieron que morir, pudieron mirar al cielo, levantar los brazos y homenajear a los compañeros fallecidos con el gol de Reinaldo, quien ya ha entrado en la historia del fútbol por ser el héroe, más que jugador, que consiguió el primer tanto internacional (y oficial) del conjunto brasileño apenas tres meses después de la tragedia aérea.

El Chape anotó su primer gol en la historia de la Libertadores en el estadio José Encarnación Romero de Maracaibo. Los futbolistas se arrodillaron y dedicaron el gol a los que ya no estaban, pero que serán eternos.

Fue en el primer partido internacional del Chapecoense (el pasado sábado había jugado un amistoso contra el Sport Boys de Perú en el que cayeron por 2-1), torneo en el que debutaba un club que en el 2009 andaba perdido por la Cuarta División brasileña. El Chapecoense realizó un viaje tan inverosímil como seguro a la ciudad venezolana de Maracaibo. 27 horas de desplazamiento pero con la seguridad de una compañía comercial, vía Sao Paulo y Panamá, para enfrentarse al Zulia. 36.000 personas en las gradas tuvieron el honor de asistir al partido, que acabó con victoria brasileña por 1-2. Luiz Antonio, en el minuto 69, consiguió el segundo tanto visitante antes de que el conjunto venezolano acortase diferencias.

Con la plantilla diezmada por la tragedia, el cuadro de Chapecó se vio forzado a fichar a 22 nuevos futbolistas para disputar esta competición y al entrenador Vagner Mancini. A pesar de todo, el Chape volvió a saborear el gol en Venezuela.