El fútbol femenino está de moda. Su presencia en televisión ha ido creciendo en los últimos años. Su popularidad entre los espectadores, también. De hecho, en la última campaña, la Liga Iberdrola ha batido récords de asistencia a los estadios. El Valencia-Levante fue visto por 17.011 espectadores, 13.935 aficionados acudieron al Atlético-Barcelona de Liga y 12.178 personas llenaron el Mini Estadi para presenciar el partido de Champions entre las azulgranas y el Olympique de Lyón.

Por expectación, podría decirse que las féminas están más cerca de la igualdad. Sin embargo, sus salarios no indican lo mismo. Y los premios por torneo tampoco. Nada se llevaron las chicas del Barça por ganar este fin de semana la Copa de la Reina, por ejemplo. Y sin presencia de Letizia en el palco de Mérida.

La brecha salarial existente entre hombres y mujeres se acentúa en el deporte rey. Ellos cobran sueldos millonarios, un mínimo de 155.000 euros si juegan en Primera División, que se rige por sus propios convenios. Ellas ven cómo sus nóminas se fijan a partir del mínimo interprofesional, que a día de hoy es de 753,90€ mensuales. Pero eso no es todo, pues el techo de cristal se perpetúa con los premios que las futbolistas reciben tras cada gran triunfo.

Y es que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) decide en sus Estatutos que ganar el título de la Liga femenina merece un premio en metálico de 1.352,28 euros. O lo que es lo mismo, 58,79 euros por jugadora. El segundo clasificado obtiene una recompensa de 901,50 euros. Estas cifras están decididas de antemano y establecidas por la Federación. Las de la Primera División masculina, en cambio, se rigen a partir del reparto de los derechos televisivos, por lo que la comparación entre ambas resulta forzada.

En la Copa, la diferencia económica entre hombres y mujeres futbolistas viene preestablecida en los Estatutos de la RFEF. Según ellos, el premio por ganar la Copa de la Reina no tiene compensación monetaria. Todo lo contrario de lo que sucede con los hombres, que se embolsan un millón de euros. O los juveniles (17-18 años), que en la Copa de Campeones pueden llegar a ganar 12.020 euros si son los campeones o 6.010 euros si pierden la final.

La desigualdad económica también se ha traducido en un diferente respaldo por parte de las instituciones. La presencia del Rey en la final de la Copa es algo habitual. Sucede cada año, en cada final. Sin embargo, a Letizia no se le ha visto en ninguna Copa de la Reina. Ni de balonmano, ni de baloncesto, ni en la última de fútbol, en Mérida. No es de extrañar pues que se haya abierto el debate de si cambiar el nombre de la competición por Copa de España. Fuentes de la Zarzuela aseguran que el gabinete de la Reina analiza todas las invitaciones y, si se produce alguna incompatibilidad de agenda, no va.