Fueron al Campeonato de España cuatro competidoras de la comunidad y, entre ellas, ganaron tres metales. Aragón consiguió dos medallas de plata y una de oro en el Nacional sénior que se disputó el pasado fin de semana en Ciudad Real y todas llegaron en la modalidad femenina: las chicas son guerreras. La gran estrella volvió a ser indiscutiblemente Yaiza Martín, que revalidó su título nacional en kata individual --y ya van siete seguidos-- y se hizo además con la plata en kata por equipos junto a María Lahoz y Lidia Pérez. Mientras, Lydia Silva fue segunda en la modalidad de combate de más de 68 kilos.

Desde hace años, Yaiza Martín domina el mundo del kata en España, pero también es la reina del continente, puesto que ya tiene cuatro títulos en el Europeo. Y, pese a que el oro se le resiste, también ha conseguido varias medallas en el Mundial, el máximo nivel; dos bronces por equipos y uno individual, además del oro por equipos en un Mundial universitario. "Cada año hay rivales diferentes y mantener el nivel es muchas veces más difícil que optar por primera vez a ser campeona de España", asegura. Aunque no lo parece. En Ciudad Real se impuso desde el principio y con una superioridad incuestionable. Quedó primera en la ronda de puntuación y en la liguilla y no dio opción a la representante de Castilla-La Mancha en la final, donde venció 5-0, como hizo en todas las rondas de eliminación directa.

La constancia

"Intentas no solo mantener el nivel, sino superarlo, porque quieres seguir demostrando que eres la mejor. Cuando llevas tanto tiempo, si los jueces ven que bajas un poco el listón, te penalizan", explica Martín, también entrenadora de kárate. Después de tanto tiempo en la élite, ir a entrenar cada día con la misma ambición es un reto. "A mí no me está costando mucho. La motivación del día a día es volver a ganar. Y también el campeonato de Europa y el Mundial, que hay este año". Allí, en el Mundial, donde nunca ha ganado, es donde intentará cerrar el círculo en noviembre en Alemania.

Lo hará con la ayuda de Antonio Martínez Amello, su entrenador desde los 6 años --"él es muy importante en todo esto", dice enseguida-- en el gimnasio Shuriyama. Aunque desde hace menos, el citado técnico también dirige a Lydia Silva, la otra medallista en categoría individual. "Me iba a borrar, pero vino Antonio y ahí realmente empecé a hacer kárate en serio", explica Silva, que no empezó a competir hasta los 17 años. Su presea tampoco fue una sorpresa; pese a que la casetera no participó en esta cita el año pasado por cuestiones laborales, ya había conquistado tres bronces y una platas en los cuatro Nacionales anteriores.

Este año, ha llegado otro metal más. "Los primeros combates los gané sin problemas, pero la final no me salió bien. Ya había competido con la que ganó otras veces y le había ganado", explica. Se quedó a un paso y se fue contenta, pero con una espinita.

"Me gustaría haber ganado sobre todo de cara al Europeo, porque siempre suelen seleccionar para ir a la que gana el Nacional. De todas formas, en la preselección iré a demostrar lo que valgo", afirma. En cualquier caso, la medalla de plata es un gran resultado, más teniendo en cuenta las limitaciones que le causa su trabajo. "Antes entrenaba todos los días, pero estoy trabajando en un gimnasio, así que ahora solo puedo hacer clases de combate los viernes", se lamenta.