Malas noticias para la Sociedad Deportiva Huesca y, en concreto, para el Chimy Ávila. El argentino padece una rotura en el músculo oblicuo del abdomen después de las pruebas médicas a las que fue sometido ayer y tiene muy complicado llegar al estreno del club azulgrana en la máxima categoría ante el Eibar en Ipurua.

El atacante, tras haber jugado ante el Numancia, se entrenó al margen al estar sobrecargado. Durante toda la semana ha estado con problemas hasta que se ha descubierto el origen, que es una rotura muscular cuyo periodo aproximado de baja es de unas tres semanas, aunque todo dependerá de la evolución de la dolencia y de las sensaciones del argentino.

Eso sí, se trata de una lesión latosa, algo complicada y que requiere especiales cuidados, lo cual complica su presencia en Ipurua estando en el horizonte a poco más de dos semanas. Lo bueno es que el mediapunta lleva toda la semana siendo tratado, por lo que hay una vía de esperanza para la primera jornada, aunque será complicado que pueda estar, al menos al cien por cien y en plenas condiciones.

Como en el curso pasado, en la pretemporada estaba siendo uno de los hombres importantes para Leo Franco, técnico al que se le acumulan los contratiempos. A los malos resultados de la pretemporada, que a buen seguro mejorarán, se suma que el Cucho Hernández también llevaba toda la semana con problemas en el tobillo por un golpe recibido en el entrenamiento del pasado lunes. El delantero cafetero guardó reposo para no complicar más las molestias, pero ayer por la tarde se reincorporó al trabajo junto al resto del grupo. Insua tuvo que retirarse del entrenamiento con molestias.

Baja sensible / La ausencia del Chimy Ávila trastoca los planes del entrenador argentino del Huesca ya que está llamado a ser una de las piezas clave en esta temporada en Primera División. El Comandante se ganó la continuidad con su buen hacer en la campaña del ascenso y el gran cariño de la afición hacia él, que es recíproco, hizo que Emilio Vega y el club solicitasen de nuevo su cesión al San Lorenzo de Almagro.

En su primer curso en España, el argentino disputó 35 partidos, 27 de ellos como titular, y realizó una gran segunda vuelta que permitió a los oscenses subir a la máxima categoría. También ayudaron sus siete goles y su polivalencia, una de sus principales virtudes, ya que puede actuar en todas las posiciones de la mediapunta y, cuando el Cucho Hernández se lesionó, y con un Rescaldani que no estaba ni se le esperaba, el argentino dio un paso al frente en la punta.