Chris Froome ya vuelve a vestir de amarillo un año después de su tercera victoria en París. Las dudas ocasionadas por el corredor británico a lo largo de una temporada irregular se disiparon este miércoles de golpe, el día en que la maquinaria del Sky funcionó a la perfección, como viene ocurriendo desde el 2012, con Brad Wiggins, excepto en el 2014 cuando Froome se cayó y un italiano de nombre Vincenzo Nibali tomo el mando de la ronda francesa.

Hasta aquí todo perfecto. Pero en la ascensión a la Planche des Belles Filles, en los bellísimos Vosgos, un corredor llamado Fabio Aru, ganador de una Vuelta (2015) y podio en el Giro (también en el 2015), rompió los esquemas del Sky, lo que solo había conseguido Nairo Quintana, en la tercera semana, con la escuadra británica ya cansada, y cuando el pedaleo del corredor colombiano del Movistar tenía mucha más frescura que ahora.

UN DEMARRAJE POTENTE

Aru fue como una bendición. No monta en esa diligencia en la que aparecen como pasajeros cinco ciclista, y que son, aparte de Froome y Quintana, Porte, al mismo nivel del británico; Romain Bardet, cuatro segundos más lento, y Alberto Contador, solo seis segundos peor, en La Planche des Belles Filles. Y fue una bendición por su ataque con furia, con energía y sobre todo con convicción, en un puerto explosivo que le iba como anillo al dedo para concluir con éxito un demarraje potente a 2,4 kilómetros de la meta.

El Sky quería la victoria de Froome. Deseaba que su líder no solo se vistiera de amarillo si no que se llevara el triunfo en la cima de los Vosgos donde ya triunfó en el 2012. "Llevaba todo el año preparándome para vivir este momento", dijo Froome tras recoger el jersey amarillo. Salvo una fuga consentida en la que pueda colocarse de aquí al domingo (otro día clave, en Chambéry) un corredor sin aparente peligro pero con un equipo que defienda su liderato y ahorre fuerzas al Sky, Froome no tiene ninguna intención de entregar la preciada prenda a alguno de los rivales. Sin embargo, en los Vosgos, descubrió que Aru tiene carácter, piernas y sobre todo no se arruga ante el poderoso conjunto Sky. "Solo estamos en la quinta etapa y el Tour dura tres semanas. Por eso, prefiero ir día a día convencido de que debo mantener la concentración al máximo", defendió el corredor sardo.

PORTE, DURO DE PELAR

Este Tour promete. Posiblemente se resuelva en París de forma parecida a los dos últimos años, pero Froome se tendrá que emplear a fondo porque Porte está decidido a no fallar, como hacía en el pasado, porque Aru es valiente y porque aunque disipen dudas,Bardet, Contador y Quintana no están ni mucho menos eliminados. Tienen vida y todo el Tour por delante.

En los Vosgos, en la cima donde en el siglo XVII se suicidaron las niñas del pueblo para no ser violadas por mercenarios suecos en la Guerra de los 30 años -de ahí el nombre de La Planche des Belles Filles-se libró la primera batalla seria del Tour 2017, aunque con la premisa de que solo fueron 5,9 kilómetros de ascensión, un puerto más estilo de la Vuelta que del Tour y que en nada se asemejará a los colosos del Tour (Galibier e Izoard) que esperan a los corredores con impaciencia en la tercera semana de carrera.

Sin embargo, el Sky, que nunca se fue, ha regresado al Tour y ha demostrado que Froome tiene los mejores gregarios como Michal Kwiatkowski, el corredor polaco que fue campeón del mundo, yMikel Nieve. Ellos dos, con un pequeño toque del exlíder Geraint Thomas, marcaron el ritmo a Froome mientras el colombiano Sergio Henao y un Mikel Landa, que debería ser líder en vez de gregario, estuvieron en la retaguardia.

Todas las clasificaciones en la página oficial del Tour.