El Espanyol logró mantenerse en la Primera División después de vencer al Murcia por 2-0 en Montjuic en una noche de transistores en la que Celta y Valladolid se despidieron de Primera. Finalmente, Luis Fernández recibió el justo premio a su trabajo con el Espanyol, y la alegría se desbordó al final del encuentro, mientras que Celta y Valladolid dijeron adiós de modo diferente.

Lo tenían muy complicado y confirmaron la tragedia. Unos, los del Valladolid, dieron la cara demasiado tarde y despidieron la temporada con una goleada estéril al Villarreal (3-0). Otros, los del Celta, volvieron a arrastrarse ante su afición y firmaron el descenso con una derrota ante el Mallorca (1-2). Aunque hubiesen ganado, el tardío triunfo del Espanyol les condenaba. Pucelanos y gallegos ya están irremisibiblemente en el infierno de Segunda División.

En Vigo todo fue desastroso. Edu tuvo en sus botas el gol de la esperanza, cuando el Espanyol aún empataba con el Murcia, pero el brasileño, lanzó por encima del larguero. Después todo fue dramático. El Mallorca se aprovechó del desconcierto para lograr la victoria mientras los aficionados vigueses lloraban de impotencia, al tiempo que exhibían una gran pancarta: Estés donde esté, nunca te abandonaré . Los jugadores, encabezados por un Juanfran desangelado, acabaron de rodillas, pidiendo perdón a la afición por una temporada con desenlace desastroso.

Futuro desolador

El futuro del Celta es desolador. La deuda amenaza al presidente Horacio Gómez que, al ver limitados los ingresos por televisión en Segunda, deberá conceder la carta de libertad a muchos jugadores de una plantilla millonaria concebida para jugar la Champions. Sylvinho, Mostovoi, Edú, Juanfran, Vagner, Milosevic, Cavallero, Berizzo y Cáceres, entre otros, pueden dejar el club para confeccionar una plantilla más acorde a la nueva categoría. La afición también se acordó ayer del dirigente, con gritos de "dimisión, dimisión" antes de que el partido llegase a su conclusión.

En Valladolid, en cambio, la esperanza se mantuvo muchos minutos, desde que marcó Losada el 1-0 (m. 32) hasta que Tamudo avanzó al Espanyol. Antes, el Celta incluso había fallado un penalti. La afición de Zorrilla, que despidió al equipo con aplausos, creía en el milagro en el único partido bueno del equipo en tres meses, pero se habían cometido demasiados errores, desde el mismo día en que se decidió echar a Pepe Moré el pasado verano, acusado de quedar siempre entre la 10 y la 15 plaza.