Ivette Aumatell, de 23 años, socia del Espanyol e integrante de la Peña Juvenil, abandonó el Hospital de la Plana a las 21.00 horas acompañado por su novio, Mario, con el brazo derecho roto de la caída que sufrió al final del partido de El Madrigal. Miguel Angel Sánchez, un socio del Villarreal, de 25 años, quedaba ingresado porque tenía una fractura en la cadera. Un tercer aficionado, seguidor radical del Espanyol, necesitó de ocho puntos en la cabeza tras recibir un porrazo de un policía en los incidentes paralelos que se produjeron tras la caída de unos 30 aficionados al campo. La valla de protección cedió por el peso de los seguidores de ambos conjuntos que querían quedarse con la camiseta de Claudiu Raducanu, el héroe del encuentro.

"Estábamos animando a los jugadores cuando se ha caído la valla. Me he visto en tierra y con gente encima. Es la primera vez que me rompo algo", relató anoche Ivette, una seguidora habitual en los desplazamientos del Espanyol, el susto que pasó en el campo cuando unos 30 seguidores cayeron inesperadamente al césped. Los doctores del Villarreal y del Espanyol atendieron enseguida a los heridos, la mayoría con rasguños y golpes sin importancia en los tobillos. "El Espanyol se ha portado muy bien con nosotros", comentó Ivette, que regresó a Barcelona en el coche de los enviados especiales de Catalunya R dio.

CON EL PARTIDO TERMINADO El incidente se produjo al final cuando seguidores y jugadores blanquiazules celebraban la quinta victoria del Espanyol en la Liga. Claudiu Raducanu, que se había abrazado a Torricelli, se fue a los seguidores --unos 600 acudieron al Madrigal para animar a su equipo--, se quitó su camiseta y la lanzó al grupo. Antes, dos jugadores blanquiazules ya habían protagonizado el mismo rito, pero no había sucedido nada. A la tercera camiseta, la valla cedió.

Mientras el servicio de seguridad ayudaba a los aficionados, un grupo de seguidores radicales comenzó a romper asientos. Entonces la policía cargó mientras se atendía a los contusionados. "La mayoría eran heridos sin importancia", confirmó Juan Carlos González, el médico del Espanyol. Los dos doctores enseguida comprobaron que sólo dos aficionados necesitaban ingreso hospitalario. Ivette y Miguel Angel, seguidor del Villarreal que también luchó por la camiseta de Raducanu.

Hubo mucha más tensión en el palco por la espectacularidad del golpe. Daniel Sánchez Llibre, presidente del Espanyol, acompañado por Rafel Niubó, secretari general d´Esports de la Generalitat, bajaron al césped para interesarse por los accidentados. "Tranquilos, que sólo ha sido un susto", manifestó el dirigente. "Ha sido producto de un calentón tras el gol". Fernando Roig, presidente del Villarreal, fue contundente con la conducta de los seguidores blanquiazules. "Su comportamiento ha sido lamentable".