No están siendo fáciles los primeros pasos del Balonmano Zaragoza Ademar. El nuevo proyecto que une a los equipos de Maristas de Primera y Adecor de Segunda Nacional tenía como meta unir a las canteras más representativas de los clubs de Zaragoza en un objetivo a medio plazo que no quería ponerse límites, aunque tenía como referente al Ademar Maristas que estuvo en la élite nacional en la década de los noventa de siglo pasado.

Pero los difíciles primeros pasos estuvieron entorpecidos por la pandemia. Con Dani Bandrés como técnico, los entrenamientos comenzaron a primeros de agosto en el pabellón del Stadium Casablanca con 17 jugadores. Pero la semana pasada llegó el frenazo para el equipo. Uno de los jugadores tenia síntomas de covid-19 la noche del 6 de septiembre y el día siguiente se hizo un test que dio positivo Toda la plantilla tuvo que realizar los PCR. Los resultados fueron de cinco positivos, de los que dos son con síntomas y tres asintomáticos. Tras dos semanas de cuarentena el entrenador realizó una planificación para que los jugadores no perdieran la forma. "Personalmente he estado destrozado varios días, por la situación a la que hemos llegado por la ilusión que teníamos en el proyecto", explica Dani Bandrés. Los afectados evolucionan favorablemente y si no hay retroceso volverán a trabajar de manera presencial el próximo martes en el pabellón de Stadium Casablanca. El objetivo es llegar lo más competitivos posible de cara a su debut en Primera en un interesante derbi en el feudo de Dominicos.

No quedaron aquí las noticias en el equipo masculino. Después de sopesarlo muy seriamente Dani Bandrés de común acuerdo con la junta directiva decidió abandonar el puesto de entrenador tras menos de tres meses de trabajo. "El pasado 3 de septiembre me reuní con Sergio Durban, Juanma Giménez y Pablo Hernández, miembros de la junta directiva del Balonmano Aragón y decidimos de manera mancomunada que no era la persona adecuada para dirigir el proyecto", dice Dani Bandrés.

El técnico zaragozano pensaba que el objetivo de la nueva iniciativa era otro. "En un principio la intención del club era generar unas estructuras, crecer y se han unido más bien por la supervivencia. Maristas tenia difícil continuar y Adecor estaba los últimos años a la deriva. Por eso decidí no continuar porque no tengo el perfil adecuado para el proyecto", reconoce Bandrés. El técnico indica que la decisión no es por una motivación económica. "Pensaba que habría por detrás patrocinadores apoyando económicamente. Pero no había firmado un contrato y estaba de forma voluntaria. Tan solo me pagaban la gasolina del desplazamiento de mi trabajo a Teruel", explica.