Un derbi catalán, con la visita del Barcelona al Espanyol (20.45 h. Movistar), y el paso por el Santiago Bernabéu de un Valencia que no se juega nada pero que siempre es incómodo para el Real Madrid (16.15. BeIN) retoman el pulso por el título de Liga, donde azulgranas y madridistas están igualados a falta de cuatro jornadas, si bien los blancos, ahora segundos, tienen pendiente una visita a Balaídos.

Una vez conocido el estado anímico de Zinedine Zidane, que aseguró estar «de puta madre», quedaba por conocer su opinión tras una nueva exhibición de la llamada segunda unidad, es decir los Isco, Asensio, Morata y compañía. El técnico del Real Madrid dio varios rodeos, repartió halagos hacia sus jugadores hasta concluir en una frase lapidaria, pero difícil de entender para muchos: «No soy injusto con los jugadores y tengo un inmenso respeto hacia ellos», dijo.

El Madrid vuelve al Bernabéu después del varapalo en el clásico. Tras ese encuentro, el aficionado madridista recuperó la fe gracias a los teloneros que tomaron Riazor hasta ofrecer un recital con ese 2-6. Pese a todo eso, Zidane parece tenerlo claro. Si muere, quiere hacerlo con Cristiano, Benzema y esa corte de centrocampistas que mira con algo de admiración a Isco, Lucas Vázquez, James o Asensio. Después de jugar en Riazor con solo dos futbolistas del once de la derrota ante el Barcelona (Nacho y Marcelo), el pensamiento de Zidane pasa por alinear a los titulares frente al Valencia. En esa nómina solo entraría Isco o Marco Asensio por el lesionado Bale.

También Marcelo podría descansar, ya que, con el regreso de Ramos tras cumplir un partido de sanción por su expulsión en el clásico, Nacho podría pasar al lateral izquierdo. Mientras, en el Valencia, sin nada en juego a efectos clasificatorios, son bajas Zaza y Cancelo, sancionados, y por lesión de última hora Enzo Pérez. Regresan Parejo y Mangala.

NEYMAR Y EL BARCELONA / El derbi con el Espanyol es tal vez la cita más complicada del calendario azulgrana por la carga de emotividad del duelo con el eterno rival ciudadano, pese a que los resultados lo desmientan. El once blanquiazul, que se desenganchó de la aspiración de ir a Europa, solo peleará por el aliciente de batir al Barça y brindarle un regalo a su hinchada. Para el Barça, el derbi vale lo que una Liga.

Neymar regresa al equipo tras la expulsión de Málaga y una ausencia de tres partidos de sanción. Corre peligro, en cambio, la presencia de Iniesta. El capitán se queja de molestias en el aductor de la pierna derecha. Mientras, Luis Enrique calificó de «clave» la cita con el Espanyol. El Barça está obligado a ganar todos los partidos, a no fallar.