A pesar de que las sensaciones no fueron mejores que en las anteriores jornadas, sobre todo en los arranques de ambas partes, el Real Zaragoza se hizo con los tres puntos. Y eso es lo importante. La ocasión más clara del Fuenlabrada fue desde los once metros y no supieron aprovecharla. Aunque también hay que destacar el papel de Cristian Álvarez, que no solo fue el salvador del equipo al detener ese penalti, sino que durante la primera media hora de partido tuvo que hacerlo en varias ocasiones más, ya que el conjunto local no hacía más que aproximarse a su área.

No hubo ninguna reacción de los de JIM hasta que a los 30 minutos parecieron despertar levemente. O por lo menos empezaron a intentar plantar cara. Pero su acercamiento más claro, al igual que el del rival, fue desde la pena máxima. Tejero se encargó de tirarlo, ya que tras los fallos de Alegría y Narváez en los dos anteriores de los que dispuso el equipo, el Zaragoza anda buscando un nuevo lanzador. Por lo tanto, aunque ambos estaban en el terreno de juego, le cedieron la oportunidad al lateral y no la desperdició.

Pero también cabe resaltar el papel de Iván Azón en la jugada que lo provocó. El canterano acababa de saltar al césped cuando el partido parecía sentenciado al empate a nada, tanto en juego como en goles. Los dos equipos estaban espesos buscando ocasiones, ni siquiera el cuadro madrileño se acercaba con el mismo peligro al área del guardameta argentino. Pero el joven delantero, que tiene como bandera el no rendirse, peleó un balón en el área.

De la misma manera en la que Jair se precipitó en el área zaragocista al derribar a Sotillos, lo hizo Rubén Pulido en la contraria con Azón. Y fue en estas dos jugadas en las que se decidió el partido. Por un lado, por la falta de acierto del Fuenlabrada y, sobre todo, la virtud de Cristian al adivinar y detenerlo. Por el otro, en la efectividad, por fin, del Real Zaragoza desde los once metros.

Por una vez, la balanza se decantó del lado aragonés en una acción como esta, ya que en los penaltis no acostumbra a tener demasiado acierto. Antes de la noche de este lunes, Narváez había marcado dos y fallado uno, mientras que Álex Alegría falló en su único intento. No solo esto, si no que en este curso el conjunto tiene una media de 0’15 penaltis lanzados por encuentro, mientras que en la campaña pasada era de 0’36. Este dato, puede también ser un reflejo de los acercamientos al área rival, que con el juego actual del Real Zaragoza son bastante escasos. Pero este lunes lo aprovechó.

No hubo muchas más ocasiones para el cuadro de JIM, tan solo algunos remates a los centros de Zapater en las faltas y un remate de Nieto a un centro de Narváez, que se fue por un lado de la portería y además fue falta en ataque. Los locales comenzaron muy fuertes. No solo con muchísima más intensidad que el cuadro zaragozano, sino también rapidez para plantarse en el área. Por esto mismo, en los primeros minutos de partido parecía imposible una victoria zaragocista pero, al final, la clave estuvo en los once metros.