En una negociación siempre hay que dar tiempo al tiempo y esto es sólo un compás de espera", aseguraban ayer fuentes del club tras tener conciencia de las medidas de la plantilla. Eso sí, hubo reunión de urgencia en las oficinas entre José Carlos Lacasa, consejero delegado, y Jerónimo Suárez, director general, y también el presidente, Alfonso Soláns, tomó cartas en el asunto, pero la postura, por el momento, es de tranquilidad. Se espera retomar el diálogo la próxima semana --sin fecha fija-- y se confía en que los jugadores recapaciten, ya que, salvo sorpresa, la última oferta se va a variar poco, por no decir nada.

Así lo aseguraban ayer en el Zaragoza, donde no ocultaban el malestar con los futbolistas por lo que consideran una decisión precipitada. Además, los dirigentes zaragocistas acusan a la plantilla de anunciar la ruptura de la negociación de las primas antes de comunicárselo oficialmente al propio club y niegan que hubiera un preacuerdo verbal del que, según los futbolistas, dieron marcha atrás el pasado jueves.

"Estamos condenados a entendernos", añadieron ayer en el Real Zaragoza. Por eso, por la tarde se llamó a los futbolistas --también el propio presidente Soláns--, con la intención de convocar una reunión urgente, que finalmente no se pudo llevar a cabo.

NO SE ESTUDIAN SANCIONES En esa actitud dialogante que se exhibe en el club están excluidas las sanciones por la negativa a no acudir a una concentración. En el Real Zaragoza ni se planteaban ayer la posibilidad de estudiar si en esa negativa existe una falta por incomparecencia y ver los posibles castigos. Se quiere, de momento, dejar pasar unos días y retomar la negociación más en frío, pero nadie oculta que el asunto ya se ha enquistado mucho más de lo que debía.