El descenso del Logroñés de Segunda División B a Tercera es ya un hecho, después de no haber podido pagar las deudas a sus jugadores a pesar de que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) le ofreció una moratoria, y podría provocar su desaparición definitiva. Los jugadores tienen ya su carta de libertad, autorizada por la intervención judicial del club. El presidente, Martín Berrocal, decidirá si se sigue en la categoría. E.PRESS