Estaba a puntito, pero faltaban unos ligeros detalles. Una frase que asusta cuando se habla del CAI. Pero, no, esta vez, el fin estaba a la vuelta de la esquina. A eso del mediodía de ayer, el club zaragozano finalizó una búsqueda que se eternizaba y cerró el acuerdo de traspaso del pívot que deseaba desde hace una semana, Rocky Walls. El Fenerbahce, club propietario de los derechos de la torre estadounidense, cedió y dejó marchar al jugador que se incorporará al equipo de Alfred Julbe para lo que resta de temporada. El técnico catalán ya puede respirar tranquilo porque tendrá entre sus manos la pieza que deseaba y que cubre la ausencia del cortado Lester Earl.

Tras casi un mes de búsqueda por el mecado y varias negociaciones frustadas (Brent Scott, Tim Young, Petruska), el CAI pudo atar al objetivo pretendido desde la última semana, interés que adelantó EL PERIODICO. Con la firma de Rocky apalabrada, el Fenerbahce se negó a soltarlo el pasado domingo. Las urgencias por el cierre del plazo de fichajes y la seguridad de la dirección técnica de que Walls era el jugador idóneo (gran reboteador y notable anotador) forzaron una segunda intentona que ayer se consumó positivamente para el CAI. El club tiene en su posesión el tránsfer del pívot desde ayer y el americano se presentará esta tarde a su primer entrenamiento como miembro del CAI.

DEBUT ANTE SU EX Tras cerrarse su traspaso, Rocky Walls (2.03 metros y 27 años) viajó de inmediato a Zaragoza, a donde llegó ayer por la noche. En un principio, el club barajó la posibilidad de que se desplazara a Tarragona para contemplar el partido que ayer jugaron sus ya compañeros de equipo, pero al final se rechazó la opción. Así, Walls debutará el domingo en el Príncipe Felipe ante el Inca, su equipo la pasada campaña y con el que promedió 13 puntos y 14 rebotes, cifras que se espera repita en el playoff .