Tres americanos. Dos que ocupen plaza de extranjero y uno que juegue como comunitario. Esa es la fórmula en la que está trabajando el CAI para solidificar los pilares básicos de su tercer proyecto en la LEB. La mirada de la dirección deportiva del club está fijada de manera preferencial en dos pivots: Venson Hamilton (Bilbao) y John Floyd (Menorca). A pesar de tener nacionalidad estadounidense, los dos pueden jugar como comunitarios al estar casados con una mujer española. Hasta esta temporada, esta norma sólo tenía vigencia en la LEB y no había sido aceptada en la ACB. El Menorca ya le ha comunicado a Floyd que no cuenta con él y el Bilbao pretende fichar a dos nuevos extranjeros y sólo contaría con Hamilton si la ACB modifica su reglamentación y lo acepta como comunitario.

Esta fórmula, utilizada con éxito por el Bilbao (Sallier, Howard y Hamilton) en la campaña recién finalizada, es la que va a intentar llevar a la práctica el CAI Zaragoza. Venson Hamilton, que ha logrado dos ascensos consecutivos (Tenerife y Bilbao), tiene 26 años, mide 2,07 metros, posee calidad de ACB, y ha promediado 13 puntos y 8 rebotes. Su sueldo base han sido 108.000 euros más bonus por objetivos y su talón de aquiles son las lesiones, que le han castigado con excesiva reiteración las dos últimas campañas.

John Floyd, de 31 años, es peor jugador, aunque mucho más asequible desde el punto de vista económico. Ha jugado dos temporadas consecutivas en el Menorca, ayudando a su equipo a entrar en los playoffs de ascenso. Floyd no seguirá en Menorca, mide 2,02 metros, y ha hecho 11,2 puntos por partido y 5,3 rebotes. Se trata de un pívot trabajador, de poca brillantez, pero eficaz y útil.

WIDEMAN, AL FUENLABRADA Si las negociaciones por uno de los dos jugadores fructificaran, el potencial del CAI crecería considerablemente. Como extranjeros, el objetivo prioritario del club es Antonio Reynolds, que ascendió a la Liga ACB con el Manresa y el Murcia. Las conversaciones siguen abiertas, pero las altísimas exigencias del jugador (150.000 dólares netos) impiden que se cierren con un acuerdo favorable para el CAI. Reynolds es una vieja aspiración de Pepe Arcega, que ya lo intentó fichar cuando Lester Earl cometió el acto de indisciplina a la vuelta de Navidad.

El otro nombre sobre el que trabajaba la dirección deportiva era Tom Wideman, pero ayer llegó a un principio de acuerdo con el Fuenlabrada. La opinión de Oscar Quintana sobre el expívot del Gijón tampoco era la mejor y en su llegada planteó dudas sobre la conveniencia de ficharlo.