La revolución ya está en marcha. Bajo el mandato del exesgrimista Thomas Bach, presidente desde septiembre del 2013, el Comité Olímpico Internacional (COI) aprobó ayer prácticamente por unanimidad la reforma que va a permitir que los Juegos del futuro se disputen incluso en más de un país e incluyan a más de 28 deportes, que era el límite establecido hasta ahora. La aprobación de la llamada Agenda 2020, que se completaba ayer Montecarlo con la votación a favor de la totalidad de las 40 medidas propuestas, permitirá estas y otras innovaciones.

El plenario olímpico no dudó en respaldar todas las medidas propuestas por Bach, que llegaron muy consensuadas a la 127ª sesión del COI. La batalla, sin embargo, comenzará ahora, sobre todo en lo referente al encaje de las pruebas que deben conformar el programa olímpico de cada edición de los Juegos. Hasta ahora la limitación se refería a los deportes (28), y la entrada de uno nuevo comportaba la salida de otro.

Los programas se cerraban con siete años de antelación. A partir de ahora el límite se establecerá a través de las pruebas que otorgan medalla: 310 para los Juegos de verano (con un máximo de 10.500 deportistas y 5.000 técnicos o asistentes) y 100 para los de invierno (con 2.900 deportistas y 2.000 técnicos). Ayer se comenzaron a oír las primeras voces discrepantes, preocupadas por el futuro de algunas especialidades.

VILLA OLÍMPICA ÚNICA

"Ahora toca discutir cómo llenar la caja de las 310 pruebas olímpicas. Habrá que abrir de inmediato una negociación con las federaciones para ver cómo se llena esa caja", aseguró Juan Antonio Samaranch Salisachs, miembro de la comisión ejecutiva del COI. Tokio, ciudad organizadora de los Juegos del 2020, ya quiere utilizar la nueva reglamentación para intentar incluir en su programa el béisbol y su modalidad femenina, el softbol, lo que comportará la eliminación de algunas pruebas de otros deportes. Bastará aprobarlo con tres años de antelación.

El COI también aprobó ayer simplificar el proceso de solicitud de las ciudades. Las candidatas tendrán que presentar proyectos que encajen en sus ciudades, primando las instalaciones existentes o de construcción provisional. Harán menos presentaciones internacionales y parte de ellas las sufragará el propio COI. Si, por razones de sostenibilidad, una ciudad considera que algunos deportes deben disputarse en otra ciudad, incluso en otro país, pueden proponerlo.

La revolución también afecta a la Carta Olímpica, en uno de sus siete principios fundamentales. El sexto, relativo a la incompatibilidad con cualquier forma de discriminación, incluye a partir de ahora el de la orientación sexual, que se añade a discriminaciones por motivos de raza, religión, política o género. El COI decidió también pasar los Juegos de la Juventud a los años impares, a partir del 2023.