La gimnasia rítmica de la Agrupación Deportiva Corazonistas es de las más respetadas del panorama aragonés. Sustenta la cuarta pata del deporte en el colegio del Paseo de la Mina con el baloncesto, el balonmano y el fútbol sala. Cuenta ya con tres lustros de trayectoria y esta temporada ha contado con un centenar de deportistas, de las que la mitad es en competición desde benjamín a juvenil. María Victoria Casanova coordina toda esta estructura con la ayuda de nueve entrenadoras. «Terminamos el curso con un campus del 12 al 16 de junio. Lo organizamos aprovechando que no tienen clase los niños. Se apuntan niñas que nunca han practicado este deporte junto a otras que compiten. De cinco a siete de la tarde hacen flexibilidad, ballet, aparatos y les damos de merendar», dice María Víctoria Casanova.

Practican la gimnasia rítmica las que preparan la competición en el pabellón de baloncesto los lunes y los miércoles y las de iniciación los lunes y miércoles en el tatami de la sala de judo», dice. Casanova lleva 17 años vinculada en la sección desde que sus hijas empezaron a hacer gimnasia. «Siguen practicando y ahora son entrenadoras. Hice gimnasia de niña en el colegio San Vicente de Paúl. Cogí el testigo como coordinadora hace tres años de Carmen Domínguez».

Reconoce que su labor no es excesivamente reconocida. «No se vinculan las madres y es complicado. Para protestar siempre están, pero pocos reconocen tu sacrificio. No pido ayuda y muy poca gente se ofrece. Me ayuda Izaskun Herrero y en iniciación Silvia Solanas», dice Casanova. La coordinadora reconoce que lo hace «con ilusión, aunque lo malo es que no desconecto nunca y te quita mucho tiempo de la familia. Eso no lo valoran y tampoco lo hacen con los entrenadores. Eso me sabe malísimo», explica.

Priman los valores educativos en la gimnasia rítmica de Coras. «Aunque la sección de competición también piensa en ganar. Pero lo importante es que salga el trabajo y que nuestras gimnastas vayan por Aragón a competir y no se les vea ni una mala cara», apunta Casanova. Varias son las competiciones que preparan a lo largo del año. «Realizamos las tres fases en promoción de la Federación Aragonesa, los Juegos Escolares y el Torneo de Primavera. También participamos en torneos», indica. Corazonistas es un club con prestigio en Aragón. «Por delante están el Club Escuela y el Zaragozano, otros clubs menores y los colegios. Estamos bien situadas y somos considerados, como Pirineos y Moncayo».

En el colegio pueden estar las gimnastas hasta la edad que quieran. «Tenemos juveniles de hasta 25 años. La edad buena son los 14 o 15 años y están mas hechas. Pero si su cuerpo aguanta pueden seguir hasta que quieran. No se nos retiran y tenemos dos equipos juveniles que lo han hecho este año muy bien, como las cadetes. Están muy elegantes cuando son mayores», afirma.

Comienzan desde los cuatro años. «Hacen lunes y miércoles una hora y las sacamos las exhibiciones para que las mamás vean su evolución. La competición comienza con ocho y nueve años». Los estudios son importantes. «Llevan bien las dos cosas. Se puede compaginar todo. Les viene genial para que se organicen de mayores. Le quitas a una niña la gimnasia y le generas un trauma», cierra.