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HUESCa1

3Goles: 1-0, m.25: Parejo. 1-1, m.71: Cucho, de penalti. 2-1.m.93: Piccini.

3Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó por el Valencia a Mina, Cheryshev, Garay, Rodrigo, Gayá, Carlos Soler y Piccini y por el Huesca a Insúa, Longo y Rivera.

3Valencia: Neto, Piccini, Garay, Diakhaby, Gayá, Wass (Bathsuayi, m.75), Carlos Soler, Parejo, Cheryshev, Santi Mina (Ferran Torres, m.70) y Rodrigo.

3Huesca: Santamaría, Jorge Miramón, Insua, Etxeita, Akapo, Musto (Lluís Sastre, m.86), Rivera (Camacho, m.88), Moi Gómez, Melero (Longo, m.67), Ferreiro y Cucho Hernández.

Lo que le ocurre al Huesca empieza a ser un fenómeno paranormal. O que cuando le sucede tantas veces de la misma manera quizá no sea coincidencia. El equipo oscense bien pudo ganar en la segunda parte en Mestalla, después de que Santamaría mantuviese a los suyos con vida en la primera con dos grandes intervenciones, especialmente en un balón que sacó como un portero de balonmano a un remate a bocajarro de Mina. Ferreiro lanzó un balón al larguero en una falta en la recta final y Longo desaprovechó un mano a mano con Neto, en el que reclamó penalti pero en el que lo que debió hacer fue ceder a su izquierda a Cucho para que marcase en franca ventaja. En el último minuto, casi en el último segundo, Piccini de un zurdazo puso el 2-1 y el Huesca volvió a vivir el colmo de los colmos. El primer tanto del Valencia fue un error de Miramón en la derecha. En el segundo, con segundos por jugarse, el equipo azulgrana regaló un saque de banda cerca del córner al despejar un balón que nunca debió ir ahí. En Valencia se repitió la historia que vivió el equipo ante el Getafe, el Levante, el Madrid, el Villarreal... ¿Casualidad?

La cuestión es que el conjunto que dirige Francisco, que compite y tiene opciones de todo todos los días, pierde o no gana nunca. A lo sumo empata. Tiene un problema de definición en el área contraria tremendo y, casi con nada, encaja goles, muchas veces producto de acciones infantiles que en otra categoría pasarían desapercibidas, pero que en Primera penalizan una barbaridad.

El equipo local se encontró una vez más con su problema de falta de puntería, mientras que la principal virtud del Huesca fue no bajar los brazos tras el 1-0, pero encontró un castigo excesivo en la derrota sufrida en Mestalla. El partido acabó de la forma más cruel posible para el colista de Primera División. El Valencia llevó el peso del encuentro durante el primer periodo ante un rival que en algunos momentos manejó el balón en terreno del rival, pero sin profundidad. Para acercarse al área oscense, los jugadores de Marcelino García Toral buscaban los espacios y las jugadas a la contra, sobre todo por la banda derecha con Wass y Piccini, pero sus llegadas no fueron muy claras en el tramo inicial.

Sin embargo, a mitad del primer periodo una recuperación del balón en la banda izquierda propició el 1-0, marcado por Parejo a pase de Cheryshev. Cuatro minutos después, Melero tuvo la única ocasión clara para el Huesca, que fue bien neutralizada por Neto, lo que dio paso a una fase final del primer periodo en la que los locales combinaron sus llegadas a la contra con el lanzamiento de varios córners, uno de ellos resuelto por Santamaría, tercer portero en debutar bajo los palos, con acierto tras un cabezazo de Mina.

Mediada la segunda parte, Francisco Rodríguez dio entrada a Longo para jugar con dos delanteros en pos del empate, que llegó en un penalti transformado por Cucho, que había sido derribado por Carlos Soler. A partir del empate, el Valencia se lanzó a por el gol de la victoria, dispuso de varias ocasiones para conseguirlo, pero entre la precipitación y la falta de acierto no encontró el camino para marcar, aunque una contra de Longo pudo poner el 1-2 en el marcador a cinco minutos del final. Con el Valencia tan volcado como impreciso, el Huesca jugó sus opciones hasta el minuto final, pero en la última jugada del encuentro, un balón centrado al área fue rematado por Piccini desde dentro del área.