El tiro al plato arranca de la actividad popular en las prácticas de caza. Deriva directamente del tiro al vuelo y camina deportivamente paralelo al perfeccionamiento de las escopetas y de su munición.

Las armas provienen de un desarrollo de las armas de caza, y se alejan más de sus características originales cuanto más ha intervenido el deporte reglado en la evolución de las modalidades deportivas.

La Federación Aragonesa de Tiro Olímpico gestionó en el año 2003 casi 500 licencias de plato sénior, 55 licencias de plato júnior y 694 licencias eventuales --que tienen una validez de un día y suelen ser utilizadas en las fiestas de los pueblos--. En cuanto a la alta competición, durante el pasado año destacaron Miryam Delgado, Jesús Garralda, Francisco Pérez y José Miguel Pinilla en la disciplina de Skeet, José Antonio Rodríguez en Foso Olímpico y Roberto Sin Tena en Foso Universal. Sin embargo, ningún aragonés estará este año en la principal cita, la de los Juegos de Atenas.

Instalaciones y equipos

El aficionado del tiro al plato dispone de diversas instalaciones en Aragón. En Huesca hay 19, entre los que destacan el club de tiro Loretto, el club de tiro al plato de Monzón y el club de tiro las acacias de Fraga.

En la provincia zaragozana las instalaciones de mayor envergadura son las del club de tiro San Isidro en Villanueva de Gállego, el coto Ascensión en la Muela, el Halcón en Morata de Jalón y el Club de tiro de Caspe; además el aficionado dispone de otros cuatro clubs menores. Por último, en Teruel destacan el club de tiro de San Fernando, la Sociedad de Cazadores de Alcañiz, el Club de tiro Santa Bárbara en Utrillas y el Club de tiro Cretas, entre los doce existentes. La instalación de un foso universal consta de cinco máquinas automáticas o manuales situadas a quince metros de los cinco puestos de tiro. En el foso es similar pero con quince máquinas.

Tal como explica el armero Dionisio Liso, el equipo para un aficionado de tiro al plato consiste casi exclusivamente en la escopeta, que puede rondar los 700 euros. La más utilizada es la del calibre 12, aunque también puede usarse una de calibre 20. La características de éstas pueden variar dependiendo de la longitud del cañón, la recámara, el ánima y el choque. En el caso del calibre 12, la longitud del cañón puede ser de 74 y 76 centímetros y la de la recámara de 70 mm.

El ánima se encuentra situado en la parte posterior de la recámara y es la medida interna del diámetro del cañón. Esta puede variar entre 18,4 y 18,6 mm. El choque, es decir, la diferencia entre el ánima y la boca del cañón, puede ser de 10 o 11 décimas (más conocido como de una estrella), de 8 o 9 décimas (de dos estrellas), e incluso de 6 o 7 décimas (de tres estrellas).

En cuanto a la mecánica se trata de expulsores automáticos y un solo disparador no selectivo. La culata, a diferencia de las de caza, es más recta sobre el plano del cañón y más robusta, siempre con empuñaduras pistolet . La longitud dependerá de la altura del tirador y su brazo. El peso puede oscilar entre 3,400 y 3,700 kilos.

La cartuchería es de 24 gramos para el foso olímpico y de 24 ó 28 gramos para foso universal . El mercado ofrece multitud de cartuchos que pueden abrir o cerrar más el tiro en función de las presiones, velocidades, tacos y choques del arma.