Diego Costa, delantero del Atlético, no volverá a jugar esta temporada, a no ser que prosperen los recursos que presentará su club, que está dispuesto a llegar a las últimas instancias deportivas españolas para reducir la sanción ejemplar que ha recibido el futbolista hispanobrasileño. Costa ha sido castigado con ocho partidos a consecuencia de la expulsión sufrida el sábado pasado en el Camp Nou. Solo quedan siete jornadas, con lo que no volverá a vestirse de rojiblanco y tampoco podrá participar en la primera jornada de la próxima Liga, sea con el Atlético u otro club.

Carmen Pérez, presidenta del Comité de Competición de la Federación Española, le impuso la ‘supersanción’ basándose en los artículos 94 (insultos, ofensas verbales y actitudes injuriosas) y 96 del código disciplinario (agarrar, empujar o zarandear al árbitro). Por cada uno le castiga con cuatro encuentros. Asimismo, aparte de la suspensión deportiva, Costa tendrá que pagar una multa de 6.010 euros y el Atlético otra por valor de 2.800 euros.

«ME CAGO EN...»

La expulsión se produjo en el minuto 28 de partido, con empate a cero en el marcador, cuando Diego Costa fue expulsado y le dijo al árbitro «me cago en tu puta madre». A continuación, en plena discusión con el colegiado extremeño Jesús Gil Manzano, el futbolista lo agarró de las manos para impedirle que mostrara más tarjetas. El Comité Técnico de Árbitros disponía de una grabación en la que se escuchaba el insulto del futbolista, que ha servido para tumbar la alegación del Atlético, que defendió a su jugador diciendo que no había lanzado ningún insulto a Gil Manzano sino que, enojado por la roja, había gritado «la puta madre que me parió».

El árbitro reflejó en el acta el insulto recibido por el delantero; en concreto, en dos ocasiones y de este modo se ratificó ante la presidenta del Comité de Competición. También Gil Manzano escribió tras la derrota rojiblanca ante el Barça por 2-0 que «una vez expulsado, aún en el terreno de juego, me agarró en sendas ocasiones por el brazo con el objeto de impedir que no mostrara las amonestaciones a sendos compañeros dorsales 24 (Jiménez) y 2 (Godín), respectivamente».

Esta sanción es la mayor desde la que sufrió el madridista Pepe en el 2009 con diez encuentros por agredir a Casquero. La más importante del fútbol español la atesora Cortizo, del Zaragoza, por una entrada sobre Collar, del Atlético. Fue sancionado con 24 encuentros.