Como deportistas profesionales pasaron mucho tiempo concentrados en hoteles, preparando partidos, finales, campeonatos, con el CAI Zaragoza o la selección española. Pero nada, claro, semejante a un confinamiento en casa como vive hoy todo el país. «En aquel entonces las concentraciones no salían demasiado bien pero de qué íbamos a pensar en aquellos años con juventud, con ganas de comerte el mundo, que pudiéramos pasar una cosa como la que estamos pasando. Seguramente no nos hubiéramos enfadado tanto, no nos hubiera sabido tan mal estar confinados para un campeonato o unos Juegos», dice Fernando Arcega.

Algo parecido apunta su hermano Pepe, que además aquellos días necesitaba sus paseos, el aire libre. «Cuando estábamos concentrados yo necesitaba dar paseos, antes de los partidos incluso, estar encerrado en un hotel prácticamente nunca. El equipo entero nos íbamos a pasear la mañana del partido y no nos quedábamos nadie en el hotel», rememora. Ahora lo único que puede hacer es salir al jardín de casa. «Tengo un pequeño jardín y ahí me desahogo a nivel moral, físico y espiritual, hago mis ejercicios para mantener la espalda, que la tengo hecha polvo, y no estar todo el día sentado», apunta el mediano de los Arcega.

Ambos trabajan desde casa, aunque la actividad económica ha descendido a niveles mínimos, procuran evitar el sedentarismo en la medida de lo posible y se valen de la tecnología para seguir conectados con el mundo y, sobre todo, los seres queridos. Fernando reconoce que hace «estiramientos y poca cosa más» porque ya antes tampoco tenía mucho tiempo para el deporte pero admite que «una cosa u otra sí se debe hacer. El aplatanamiento en un sofá no deja de ser un herramienta de la que el virus utiliza para vencernos. El sedentarismo también es un efecto secundario», indica. Ambos están muy conectados con Estados Unidos, con su hermano Joaquín, su esposa Valerie y el flamante jugador de la NFL JJ Arcega.

Bromas y partidos viejos

La situación se lleva como se puede. «Con incertidumbre. Una de las ventajas de haber estado en un deporte colectivo es que tenemos grupos de WhatsApp y las bromas y mensajes se suceden, lo que lo hace más llevadero. La incertidumbre no es ni más ni menos que la de la mayoría de la gente, hasta cuándo vamos a estar confinados, qué repercusiones va a tener en todos los sentidos y a nivel de actividad deportiva, los que ya no hacíamos mucha en estos tiempos hacemos menos. Pero si algo tiene este confinamiento es que te estás relacionando más con la gente que deberías relacionarte pero no tienes tiempo. Aunque sea telemáticamente, es curioso ver que las relaciones se están estrechando», reflexiona Fernando.

Pepe ha aprovechado para desempolvar una vieja afición y volver a ver partidos que no había visto desde que los jugó. «Tenía maquetas de tren porque soy ferroviario de vocación y las he sacado después de 30 años. Y funcionan. No soy muy de series y de películas pero escucho mucha música a través de internet. Puedes ver conciertos enteros y me los como todos. Incluso los concursos de La Voz, de Europa, Australia, Estados Unidos, el Got Talent... Y partidos antiguos que no había visto, incluso míos. Hay gente que cuelga partidos históricos y me los veo», explica.

Eso sí, Pepe no tiene mucha esperanza en volver a ver baloncesto en un pabellón esta temporada. «Aunque quede libre el tema de los preolímpicos veo muy difícil que el deporte se ponga en marcha otra vez. Cualquier deporte de cualquier categoría, en realidad. Nos vamos a ir un poco más allá de lo que la gente dice. Porque, aparte, cuando todo se abra la gente va a tener un poco de cuidado de juntarse en masa. Está el periodo de encierro y luego estará el de adaptación. Sin olvidar que los equipos tendrán que hacer pretemporada y esas cosas», señala.