Las futbolistas españolas han conquistado su primer convenio colectivo. Después de varios meses de lucha, de ir ganándose a pulso la visibilidad en medios de comunicación mediante huelgas que dejaron en diciembre campos de fútbol vacíos por toda España, el primer convenio colectivo de fútbol femenino se convirtió en una realidad este miércoles, cuando los sindicatos AFE, UGT y fútbol ON y la patronal ACFF firmaron el documento. Un texto que supone una victoria para las jugadoras y que este jueves ha sido presentado en el Congreso de los Diputados de la mano de la presidenta de la Cámara baja, Meritxell Batet.

Desde el Congreso y ante un centenar de periodistas, sindicatos y patronal han coincidido en calificar este acuerdo como la "primera piedra" del trabajo que debe seguir avanzando para impulsar el deporte femenino. "Es un motivo para estar orgulloso, de celebración y de alegría", ha asegurado el presidente de la Asociación de Clubes de fútbol Femenino, Rubén Alcaine.

A estas palabras, el presidente de la Asociación de futbolistas Españoles, David Aganzo, ha añadido que se trata de un "convenio histórico" que ha llegado gracias al "coraje, la unidad y el ejemplo" de las futbolistas. En este mismo sentido, la vicepresidenta del Comité de Fútbol Femenino de la AFE, Ainhora Tirapu, ha agradecido el trabajo de todas sus compañeras y ha querido pedir perdón por la lentitud a la hora de negociar el convenio: "Me queda la espinita de la incapacidad que hemos mostrado para llegar a este acuerdo antes".

Batet, por su parte, arropada por los miembros de la Mesa del Congreso y los portavoces parlamentarios de todas las formaciones, ha señalado que la promoción del deporte femenino es una "tarea fundamental tanto para la salud pública como para la cohesión social y la cultura".

SALARIO MÍNIMO

La reivindicación de las futbolistas venía de largo y han sido necesarios varios meses de negociaciones para que patronal y sindicatos llegaran a un acuerdo que sitúa el salario mínimo en 16.000 euros brutos anuales por jugadora para contratos de jornada completa y 12.000 euros para los contratos con una parcialidad del 75%. Una cantidad que sigue muy alejada a las cifras estratosféricas que cobran sus compañeros masculinos de primera división.

Entre otras de las conquistas que han logrado las jugadoras con su lucha es que todas aquellas que terminen contrato y se queden embarazadas podrán renovar por una temporada más en las mismas condiciones o un plus por antigüedad de 2.000 euros tras seis campañas de permanencia; 2.500 por siete cursos; 3.000 en el caso de ocho; y 3.500 euros por nueve años.