Carlos Queiroz no se fía del Bayern. Menos aún tener que medirse a un crecido equipo alemán sin Ronaldo ni Roberto Carlos. Todo ello motivó que el portugués ordenara en la sesión de ayer que los jugadores entrenaran el tiro desde el punto de penalti por si hay que recurrir a los lanzamientos desde los nueve metros para decidir una eliminatoria que comenzará con un empate (1-1) en el encuentro ida, celebrado en Múnich. En el choque de vuelta de octavos no se aplicará el valor doble de los goles en la prórroga. Por ello, si Bayern y Madrid terminan empatados a uno los 90 minutos y cada equipo marca un tanto en la prórroga, el choque se dilucidará en los penaltis. Se aplicará el gol de plata en la prórroga, de modo que si un equipo se adelanta se seguirá jugando hasta el descanso o hasta el final, si es en la segunda parte del tiempo extra.