El pasado 25 de mayo, Carlos Pauner abandonaba Zaragoza rumbo a Islamabad, capital de Pakistan. El país asiático esconde varias de las cimas más altas del planeta y el alpinista aragonés se había fijado en dos de ellas: el Hidden Peak (o Gasherbrum-I) y el Gasherbrum-II. Tras varios tras bordos por aeropuertos de Europa, Pauner y sus dos compañeros de expedición, los donostiarras Willy Barbier y Raquel Pérez, caminaron por el glaciar del Baltoro, una lengua de roca y hielo de más de 80 kilómetros, hasta los pies de las montañas, cubiertas de manto blanco y abrigadas por nubes de algodón.

Comenzaba a principios de junio su aclimatación a la altura y la instalación del campo base, el que iba a ser su hogar en el Karakorum. Desde su tienda contemplaban el paso de los días, las intensas nevadas y sufrían de rabia e impotencia por no poder iniciar la senda hacia la cumbre. Las previsiones de mal tiempo minaban la moral de los montañeros, que se sentían como leones enjaulados a pesar de estar rodeados de absoluta libertad.

El 9 de junio, Pauner celebraba su 40º cumpleaños lleno de nostalgia por los millones de kilómetros de distancia que le separaban de familiares y amigos. Pero su fortaleza mental y física, una vez más, le levantó los ojos para que mirase a su objetivo, la conquista de los Gasherbrum, y aumentar así una historia que comenzó a escribir en su primer ochomil , el Broad Peak en 1997, y que se convirtió en leyenda tras sobrevivir milagrosamente en el Kangchenjunga el año pasado. Después de ascender en tramos para levantar los campos II y III, el cansancio hacía mella en el grupo de montañeros, que veían cómo el tiempo se escurría entre los dedos.

El 14 de julio fue el día elegido para acometer la cima del G-I por primera vez, pero la nieve y el viento se empeñaron en convertir la ilusión en fracaso. Convencidos de su resistencia, Pauner, Barbier y Pérez agotaron cualquier posibilidad de acercarse al cielo. Ayer, 25 de julio, lo consiguieron. Alzaron la moneda al aire y, después de 49 días de cruces, mostró su cara.