Quería recuperar la sonrisa pero le costaba. Llevaba un año en que todo se le torcía, sobre todo desde la primera etapa del Tour. Camino de las playas de Normandía, Alberto Contador se dio un trompazo terrible, una invitación a la retirada inmediata de la ronda francesa. Llegó a la meta y al día siguiente se volvió a estampar de bruces. Y, de nuevo, en la Vuelta, en Puebla de Sanabria (Zamora), otra vez por los suelos, otra vez los sueños rotos, los que lo invitaban a ganar la ronda española por cuarta vez.

El Tinkoff era algo así como un especie de equipo convertido en bomba de relojería que rodaba bajo los caprichos de su dueño, Oleg Tinkov, capaz de recorrer cada día parte de la etapa del Tour en bici, con coche auxiliar, mecánico y masajista.

Contador poco soltó de su inexistente relación con su antiguo patrón, hasta el punto de que no se vio ni una foto suya, aún vestido con los colores del Tinkoff --¿quizá se lo habían prohibido?--, hasta que poco después de las campanadas de medianoche, en los primeros minutos del 2017, descubrió su uniforme del Trek, su nueva piel, con la que hoy debuta en la Vuelta a Andalucía, hasta el domingo.

El Tour vuelve a ser el objetivo, un año en el que donde su participación en la Vuelta a España dependerá de lo que suceda en la ronda francesa. Como tantas cosas que quedan por determinar, como si será, con 34 años, su última temporada en activo.

Un equipo fiel

Contador ha recuperado la sonrisa. Tras su insatisfactorio paso por el Tinkoff tiene ahora un equipo fiel y a sus órdenes, lejos de los desplantes vividos en el último Tour con gregarios que eran más bien rivales, casos de Kreuziger y Majka, y con un material que ahora se ha sabido que no se ajustaba a las peticiones del ciclista madrileño para afrontar la lucha por la general con suficientes garantías.

Contador presume de tener bicicletas a su justa medida, nuevos compañeros entregados en cuerpo y alma y, sobre todo, ilusión porque por mucho que se mantengan Chris Froome y Nairo Quintana brillando en el horizonte, él sigue creyendo que tiene otro triunfo del Tour de Francia en sus piernas.

«El ambiente en el Trek es excepcional. Hablamos mucho y nos planteamos objetivos y, encima, los tests que he hecho hasta ahora este año son ilusionantes. Este año todo va mejor». Palabra de Contador.