La cara del Real Zaragoza ante el Extremadura fue radicalmente opuesta a lo visto hasta entonces. Desde Oviedo, el mejor partido sin duda. Ni en la última etapa de Idiakez al frente del equipo ni con Alcaraz en el banquillo el equipo aragonés fue capaz de dominar y someter tanto al contrario en todas las facetas del juego.

La afición se fue muy contenta por lo visto sobre el césped, porque se lo pasó bien a pesar del sufrimiento y porque vio una reacción inmediata y esperanzadora. El resultado se quedó muy corto. Apenas generó peligro un Extremadura que, en cambio, metió el miedo en el cuerpo. Los datos hablan por sí solos y la comparación clarifica que el cambio en el banquillo fue muy positivo.

El Real Zaragoza remató 29 veces ante el Extremadura. Desglosado, fueron 7 a puerta, 15 fuera y 7 rechazados. Un huracán ofensivo que solo encontró el premio en dos ocasiones. Suficiente para el objetivo de los tres puntos. El conjunto visitante solamente chutó 5 veces. Un dato que pone de relevancia el dominio, el buen trabajo defensivo y en la presión y el juego que desplegó el equipo blanquiazul.

El Zaragoza remató más el sábado contra el Extremadura que en tres últimos partidos con Lucas Alcaraz juntos. Como norma general tiraba lo mismo o más que su rival, pero sin apenas peligro ni llegando al área contraria a base de buen juego. Daba una sensación de equipo carente de ideas y falto de una hoja de ruta en cuanto a su juego. Quizá hubo demasiados esfuerzos en el apartado defensivo (que no surtieron efecto) y no tantos en la generación de fútbol y en cómo llegar al marco contrario.

El estreno de Lucas Alcaraz dejó un 2-0 en el que el Elche fue mejor a pesar de chutar menos. 15 remates llevó a cabo el Zaragoza, pero no marcó. Ante el Granada, a pesar de esta estadística también favorece a los aragoneses, el equipo blanquillo fue muy inferior y en la segunda parte, con 10, no tuvo opción.

Contra el Nástic tuvo dos ocasiones claras de gol y metió tres goles en otro duelo de sensaciones paupérrimas. Una decena de remates hizo cada uno, pero con más acierto zaragozano. Torcido empezó el encuentro ante el Mallorca, con dos goles en contra, pero tras el descanso reaccionó el equipo y consiguió el empate en una gran segunda mitad. Fue el partido con más tiros de la era de Alcaraz, con 17.

Desde aquí, cuesta abajo. 11 remates contra el Cádiz, 7 ante el Córdoba y 9 en Riazor. El Zaragoza no generaba y no tenía recursos para inquietar. La media con Alcaraz fue de unos pobres 11 remates que, con Víctor, se olvidaron de un plumazo. Ante el Extremadura, el equipo aragonés volvió a su razón de ser. Casi una treintena de tiros y dos goles. Solo faltó algo más de puntería.