El Ebro tiene en sus manos alcanzar lo imposible. La Almozara está viviendo un cuento repleto de romanticismo. Esa clásica historia donde el equipo humilde acaba combatiendo sin complejos contra los colosos adinerados y de mayor poderío. Los pupilos de Emilio Larraz se han ganado el derecho de codearse con los conjuntos de mayor nivel, algo que han conseguido desde la perseverancia diaria. Ampliando horarios de entrenamiento, fortaleciendo el grupo y creyendo en una idea de poderío grupal basada en el esfuerzo individual.

Tras conseguir con holgura el objetivo inicial de la permanencia, el Ebro depende de sí mismo para terminar la Liga entre el quinto y sexto clasificado, plazas que se encuentran a un punto y que dan derecho a disputar el próximo año la Copa del Rey. Pero la ambición no solo queda ahí, ya que el Ebro aún tiene opciones matemáticas para alcanzar la cuarta posición. Si la escuadra aragonesa vence todos los partidos que quedan tendrá un alto número de probabilidades para obrar el milagro de pelear en la promoción de ascenso a Segunda División. Se trata de un escenario utópico, algo que era inimaginable a principio de temporada.

El verano pasado, el director deportivo Ander Garitano tuvo que reconstruir la plantilla casi en su totalidad. Formó un nuevo bloque cuyo objetivo inicial era atar la permanencia en uno de los grupos más exigentes de la última década. Mallorca, Sabadell, Elche, Lleida o Hércules apuntaban a dominar con hegemonía los puestos de privilegio, pero entre todos los favoritos se ha terminado colando un pequeño modesto que apunta a dar una de las sorpresas de la temporada en Segunda B.

El Ebro tiene tres encuentros por delante para conseguir materializar esa fantasía que ronda por El Carmen. La primera parada será hoy en Peralada (12.00), luego la Peña Deportiva visitará La Almozara y la Liga finalizará en Mallorca ante el Baleares.

Gran estado de forma

El excelso momento del Ebro no se podría entender sin el rendimiento coral de su plantilla. Cada jugador que participa aporta, todos los integrantes de esta plantilla tienen interiorizados los valores de lucha y perseverancia, algo que plasman todas las semanas en el verde. Así lo demostró Uros Matic. El portero suplente debutó ante el Aragón, que recibe a las 12.00 al Villarreal B, por la baja de Salva y realizó un partido repleto de acciones decisivas.

Ha sido en esta recta final cuando la escuadra arlequinada ha alcanzado su mejor versión, con jugadores que están rindiendo a un buen nivel, como Adri Cuevas, Borja Martínez o Michele Diana. El central italiano llegó en invierno y desde entonces ha robustecido el nivel defensivo con su poderío por alto y atrevimiento para salir al corte. La ilusión de una plantilla por hacer la mejor temporada de la historia arlequinada es el mayor aliciente en este tramo final. El Ebro tiene en sus manos escribir un capítulo épico.