Hace un tiempo, en La Romareda no se presentaban 400 osasunistas, como sucederá hoy, sino 5.000. La visita del vecino, el rival por excelencia, era entonces una fiesta en la grada y una batalla en el césped; hoy solo queda lo segundo. La frontera entre la rivalidad y el odio no tiene aduanas y se cruza con facilidad. Un cabreo por un error del árbitro un día, algún gesto feo otro, y la crispación llega para quedarse.

Así, en los últimos años, la animadversión entre las aficiones del Zaragoza y el Osasuna no ha dejado de crecer y han sido habituales los encontronazos e incidentes entre los ultras de ambos equipos, los Ligallo y los Indar Gorri. En este contexto, los nuevos dirigentes del Real Zaragoza publicaron ayer un comunicado en la página web de la entidad, en el que, por la "recuperación de los valores y el prestigio de los que siempre ha hecho gala" el club, pide "respeto al equipo rival, a sus colores y a su afición". "La rivalidad que existe en un acontecimiento futbolístico ha de circunscribirse a la parcela estrictamente deportiva y no puede permitirse traspasar los límites de la consideración y natural cortesía que merece cualquier contrincante", se leía en la misiva. Una declaración de intenciones de una directiva que busca fortalecer la imagen del club, distorsionada durante el agapitismo.

"El Osasuna agradece las palabras del Real Zaragoza y espera también un buen comportamiento de sus seguidores en el desplazamiento a Zaragoza", respondió el club navarro a través de un tuit, y es que hoy se espera a cerca de 400 seguidores del Osasuna en La Romareda.

Contratiempos deportivos

Si Víctor Muñoz habló de los navarros como de un equipo temible, no es oro todo lo que reluce en Pamplona. Muy poco, de hecho. A la crisis institucional de este verano, todavía latente, con una junta gestora provisional y sin presidente, se suman algunos contratiempos deportivos. Ayer, por sorpresa, Loties, que iba a ser titular, se marchó a Francia sin permiso del club, enfadado por la negativa de la entidad a traspasarle al Cardiff.

Mientras, Nekounam, que está teniendo problemas para recibir el pase internacional desde Kuwait, no recibirá a tiempo la documentación para ser inscrito para el partido de esta tarde. Por otra parte, el Osasuna anunció ayer la salida de Gato Silva al Brujas. Jan Urban, técnico del equipo, perdió la semana pasada a Oier por una grave lesión y tampoco contará con los sancionados José y Unai García, aunque recupera a David García y podrá contar con Cedrick, cedido el jueves por el Betis.

Con la amenaza de Nino en punta y los desequilibrantes De Las Cuevas y Sisi en las bandas, la debilidad del Osasuna estará en los laterales: el canterano Echaide no convence en la derecha y Javier Flaño, diestro, actuará en la izquierda ante la falta de un especialista.