BRASIL2

COSTA RICA0

3Goles: 1-0, min. 91: Coutinho. 2-0, min. 97: Neymar.

3Árbitro: Bjorn Kuipers (HOL). Amonestó a Neymar (min. 80), Coutinho (min. 80) y Acosta (min. 85).

3Incidencias: 64.468 espectadores.

3Brasil: Alisson; Fágner, Thiago Silva, Miranda, Marcelo; Paulinho (Firmino, min. 68), Casemiro, Coutinho; Willian (Douglas Costa, min. 46), Gabriel Jesús y Neymar.

3Costa Rica: Keylor Navas; Gamboa (Calvo, min. 75), González, Acosta, Duarte, Oviedo; Venegas, Guzmán (Tejeda, min. 83), Borges, Ruiz; y Ureña (Bolaños, min. 54).

Coutinho decide, Neymar llora. Brasil vive una tormenta emocional liberada, eso sí, por los goles del fichaje más caro de la historia del Barça. En el tiempo añadido, con Tite fuera de sí (rodó por el suelo con el gol de Cou), la seleçao echó a la Costa Rica de Keylor Navas del Mundial en un partido que resume todo. Lo peor (una Brasil antigua, excesivamente defensiva en la primera parte con Casemiro y Paulinho conduciendo, que no manejando, el balón) y lo mejor: una Brasil moderna y veloz explotando la profundidad de Douglas Costa (entró por un gris Willian) para salvarse por la campana.

Los dos goles llegaron en el tiempo añadido, señal de lo mal que lo pasó Brasil. El decisivo llevó la firma de Coutinho, elegido otra vez el mejor del partido. Un centro de Marcelo desde la banda izquierda, ya cuando el reloj superaba los 90 minutos y se entraba en el escenario del pánico, fue descolgado por Firmino con la cabeza. Quiso controlar Gabriel Jesús para rematar en el interior del área pequeña, pero ese mal control se convirtió en una asistencia de gol para Coutinho, tipo listo y rápido. Listo porque se coló entre una rendija y rápido porque activó la puntera de su bota derecha, tal si fuera un jugador de fútbol sala.

Brasil estalló y Neymar se liberó, presionado como anda, sintiendo que tiene a todo un país, 200 millones de personas, sobre sus espaldas. También ante Costa Rica se vio lo peor y lo mejor de Ney. Lo peor es ese aire infantil que acompaña a su juego, capaz de encararse con Kuipers, el árbitro holandés, a quien le soltó: «¡No me toques, eh. No me toques!». Cansado de recibir faltas (tres en los primeros 17 minutos), el exdelantero del Barça se fue del partido y entró en batallas absurdas, fingiendo un penalti que fue pitado pero anulado por el VAR. Más justo que nunca porque retrata a los piscineros.

LÁGRIMAS DE DESAHOGO / Ya en el tiempo añadido del tiempo añadido, cuando se estaba llegando al minuto 97, Neymar marcó el 2-0 de Brasil. Después, una vez acabado el partido, se quedó solo en el centro del campo. Entonces, se arrodilló. Y se puso a llorar. A lágrima viva. Como un niño. Incapaz de ser consolado por los compañeros que le iban rodeando sobre el césped. Lloraba y lloraba Ney como si hubiera perdido la final de la Copa del Mundo.

«Nadie sabe lo que pasé para llegar hasta aquí. Nadie», gritó después de secarse ese mar de lágrimas que inundaron su rostro después de ganar, y con enorme sufrimiento, el segundo partido de la fase de grupos del Mundial de Rusia. No, no era la final. «Hablar hablan todos. Ahora, hacer lo hacen pocos», clamó entonces la estrella del PSG aliviado.

«La alegría, la satisfacción el orgullo de representar al equipo nacional son enormes», aseguró Tite. «Neymar estuvo tres meses y medio parado. Él es un ser humano, necesita tiempo para volver a su mejor forma. Pero antes de eso necesita también un equipo fuerte, que no tenga que ser dependiente de él. ¿Va a recuperar su mejor nivel? Sí, yo estoy convencido de ello», añadió el seleccionador.

De momento, a la espera de que llegue el mejor Neymar, siempre queda Coutinho para sostener a Brasil.