Coutinho volvió a escuchar silbidos pero esta vez no en el Camp Nou. El estadio Morumbí de San Pablo tronó de bronca con Brasil cuando terminó sin goles ante Bolivia el primer tiempo del partido inaugural de la Copa América. Los abucheos fueron para todos, pero Cou debió recordar recientes y amargas experiencias con el Barcelona.

Su reacción ante la adversidad fue diferente. Sin Neymar en el equipo, asumió la condición de líder y encaminó al seleccionado en el segundo tiempo. Anotó dos goles, uno de penalti y otro de cabeza, tras un lanzamiento de Firmino. Recién entonces las quejas en las tribunas cambiaron por las ovaciones. Brasil terminó como justo ganador. El 3-0 de Everton despejó los fantasmas que todavía se alojan en ese estadio donde Alemania vapuleó a la canarinha (1-7).

La Copa América por ahora no contagia a una sociedad más atravesada por los conflictos sociales y políticos. El mismo día del partido inaugural salieron a las calles para protagonizar la primera protesta contra el Gobierno de ultraderecha por su intento de reformar las pensiones.