En el fútbol en general y en este Zaragoza de Agapito Iglesias en particular es imposible hacer una aseveración contundente a largo plazo. Ni a medio. Ni tan siquiera a corto. El director general, Jesús García Pitarch, lo demostró ayer cuando se le preguntó si podía asegurar que Paco Herrera sería el entrenador ante el Córdoba, la próxima semana, pasara lo que pasara mañana en el Insular de Las Palmas: «No podemos adivinar el futuro. En el fútbol la exigencia es total y nadie está exento de ella. No es la intención ni la voluntad del club prescindir de Paco Herrera, pero no puedo dar una respuesta que condicione el futuro y la posición del club con relación a nada», señaló el dirigente zaragocista, dejando claro que el crédito del míster es limitado tras la victoria ante el Girona. Es decir, que necesita que el equipo mejore en los próximos partidos, empezando por la cita canaria, donde otra vez su puesto podría estar en juego si la imagen allí es tan deprimente como la que se dio en Jaén en la última salida, goleada incluida.

Eso, y otras cosas, le trasladó Pitarch a Herrera en la reunión que mantuvieron el miércoles por la tarde, al día siguiente de que el director general llegase de casi dos semanas de viaje por Sudamérica: «Nunca el club le comunicó un ultimátum al entrenador y así lo expresó él. Le hemos trasladado, primero por teléfono y al llegar yo en una reunión con el secretario técnico delante, las sensaciones, que no son diferentes a las de nuestros aficionados, y la exigencia que hay que corresponder. El míster es el primero que está insatisfecho y le expresamos en la reunión esa exigencia de que seamos capaces de cambiar esta dinámica negativa y estas sensaciones que también lo son».

LA RESPONSABILIDAD / «Sentimos insatisfacción por no corresponder a nuestra afición, por el esfuerzo que ellos hacen por ir al estadio. No les hemos dado lo que les corresponde» ahondó el director general, que se puso el primero en esa responsabilidad, si bien a la hora de cortar una cuerda, la más débil, si el coste del despido así lo dicta, es la del técnico, el primero que caerá llegado el caso: «Me pongo el primer responsable, después al resto del club, al entrenador y a los jugadores. Pero no hablaría de culpabilidad sino de responsabilidad. No hay excusas, ni lesionados, ni bajas; hay obligaciones. Y no tengo ninguna duda de que hacen lo que pueden, pero los resultados no acompañan».

Tras el choque en Jaén hubo más que dudas y muchas conversaciones en el club sobre la continuidad de Paco Herrera, pero el Zaragoza apostó por mantenerlo en ese cargo y el equipo sacó adelante un partido muy difícil ante el Girona por el ambiente que se vivía en el estadio, con la afición muy enojada: «Ese ambiente no podía ser de otra manera, era lógico el desencanto, pero el comportamiento de los jugadores fue impecable. No era fácil salir, hacer un buen partido y ganar. Hay que resaltar el esfuerzo, la hombría y la personalidad. Ahora, tenemos que pelear para revertir ese ambiente».

El viaje a Sudamérica de Pitarch, que se inició el 14 de noviembre y se extendió hasta el 26, se ha realizado en medio de una terrible crisis deportiva: «Los billetes se compraron el 21 de septiembre. Cuando salí de viaje no pensaba que íbamos a perder 3-0 en Jaén. Si lo hubiera pensado igual no habría ido», dijo, para darle a su viaje un teórico cariz de normalidad, hasta al hecho de que sea el director general el que viaje a ver jugadores: «Tengo ese cargo, pero también un marcado cariz deportivo. Me gusta ver fútbol. Desde septiembre hemos estudiado esas Ligas de Sudamérica y me han trasladado una serie de 10 o 12 jugadores interesantes. Para ahora, enero, junio... Y yo he ido a negociar la posibilidad de que puedan venir, si hay opciones o no de traerlos», sentenció. El otro motivo de su viaje fue la búsqueda de un patrocinio, de más ingresos. Por ejemplo en la camiseta, que sigue sin patrocinador tras la salida en esa faceta de Telefónica, de Proniño: «Mantuve reuniones para acercar el Zaragoza a marcas y a plataformas de TV. No hay algo concreto, ni próximo pero el viaje fue positivo».