El tremendo baño que el Barcelona B le dio al Zaragoza supuso un severo frenazo a la dinámica positiva que llevaba en el 2014, donde había sido el mejor de enero, con 10 puntos de 12. La visita al Anxo Carro, por primera vez en la historia, por cierto, supone el intento de recuperar el crédito perdido y comprobar si lo sucedido ante el filial azulgrana fue solo un accidente o algo más profundo. Ante el conjunto de Quique Setién, que se llevó el triunfo de La Romareda con una demostración de fútbol, el Zaragoza tiene un examen que debe superar para no perder comba con la zona de ascenso directo, con una segunda plaza ahora a cuatro puntos.

El choque se prevé duro y marcado por la climatología, por las lluvias y el viento que azotan Galicia en los últimos días, pero este paso por la categoría de plata supone esos peajes en forma de escenarios a los que el Zaragoza, por historia y por afición, no merece acudir. Otra consecuencia, sin duda, de la nefasta gestión de Agapito Iglesias. El caso es que aprobó en Miranda de Ebro con su victoria la prueba que otras veces había suspendido. En Eibar, en Jaén, en Sabadell... Son enemigos pequeños, en campos que aprietan y con imágenes a veces más propias de la Segunda B, como sucede en Lugo, y donde es necesario bajar a la arena y sudar, meter intensidad en cada balón, en cada pelea. Y más si el césped anda tan pesado por las lluvias como se espera.

Con Paredes en la lista, con José Mari rumbo a Estados Unidos y con Movilla entrenándose con el escudo del Atlético en el pecho, Herrera ha vivido pendiente de la enfermería, viendo cómo las bajas de Arzo, Cortés y Acevedo, además de las molestias en el muslo de Álvaro, debilitan una plantilla que se quedó corta tras el mercado de enero. El técnico esboza una mueca de resignación, pero sabe que va a tener que rezar hasta junio para que las lesiones no se ceben en demasía. Si no, la meta del ascenso tendrá tintes quiméricos.

En Lugo el Zaragoza intentará sumar también su tercera salida seguida con victoria, algo que no logra desde la recta final del último ascenso, en la 08-09, y señal de que las cosas a domicilio andan mejor que en una Romareda convertida en un inmenso sumidero de puntos. Como forastero es el quinto mejor de la Liga, con 17 puntos en 11 salidas, un dato de su solvencia lejos del Municipal, una capacidad que es obligatorio mantener hoy.

UN RIVAL CON FÚTBOL El Lugo de Setién ha reaccionado en las tres últimas jornadas, con dos victorias y un empate, tras la nefasta racha que le dejó siete citas sin ganar y que le sacó de la zona de cabeza de la Liga. Ahora, vuelve a rozar la promoción apoyado en una apuesta futbolística consistente y en torno al balón, lo que se agradece mucho desde el espectador y, además, le viene bien al Zaragoza, que siempre sacó sus mejores réditos en el contragolpe. Seoane y Pita son los jugadores claves en el medio, mientras que Rennella, que ya marcó en la primera vuelta en La Romareda, es la gran referencia arriba. Con todo, el conjunto gallego ha dejado escapar la mitad de los puntos en su feudo, un estadio que el Zaragoza espera asaltar esta tarde. Y así recuperar su crédito.