En su regreso a la competición, este martes en el amistoso que enfrentó a Portugal e Irlanda en Nueva Jersey (5-1), Cristiano Ronaldo disipó los fantasmas que pesaban sobre su estado físico. El delantero del Madrid demostró, con una asistencia y varios remates peligrosos, que la tendinitis crónica que le diagnosticaron la semana pasada es agua pasada. Y por si quedaban dudas, la estrella se encargó de disiparlas tras la goleada: "Estoy al 99,9 %", subrayó en el pasillo de la zona mixta.

Desde el 24 de mayo, la final de la Liga de Campeones en Lisboa, no había vuelto a jugar. Los problemas físicos que arrastró en el tramo final de la temporada incluso hicieron peligrar su debut en el Mundial de Brasil, ante Alemania el lunes, hasta el punto de que el seleccionador Paulo Bento alertó de que para Cristiano no había fecha de regreso. Pero ese día finalmente llegó. Antes de poner rumbo hacia Campinas (a 100 kilometros de Sao Paulo), cuartel general de la selección lusa desde este miércoles, el delantero jugó 65 minutos y se gustó.

El capitán, de 29 años, aún dispone de unos días para recuperar el tono y liderar a su selección en el camino hacia Maracaná. De momento, es el máximo goleador de la historia del combinado luso, con 49 dianas en 111 partidos internacionales, de las que las últimas 12 las concretó en apenas 11 encuentros. No es de extrañar, pues, que las 6.000 entradas del entrenamiento del equipo de las Quinas, el jueves en el Moisés Lucarelli, se acabaran en cinco minutos.