La SD Huesca prepara el próximo partido frente al Numancia. Con el equipo oscense inmerso en este ritmo frenético de la nueva normalidad, casi se hacen largos los seis días que separan el encuentro frente al Racing de Santander y el del próximo viernes en El Alcoraz. Durante este tiempo, Dani Raba ha conseguido ponerse a punto para el equipo.

El extremo, a pesar de que Míchel le daba por descartado hasta final de temporada, volvió ayer a los entrenamientos recuperado de su lesión muscular y estará disponible para el técnico en esta fase final. El cedido por el Villarreal será otra opción para el ataque.

Pero no todo fueron buenas nuevas en la jornada del martes, las pruebas médicas de Pablo Insua y Luisinho desvelaron que los jugadores azulgranas sufren respectivamente un edema interfascial y una luxación húmero-radio-cubital que les impedirá ejercitarse con normalidad en las próximas fechas.

Al margen de estos contratiempos, el equipo es consciente de la importancia de estos dos últimos encuentros de Liga regular. Cristo González explicó que han llegado a un punto en el que «no hay margen de fallo». El delantero azulgrana apunta que el equipo ha «desaprovechado oportunidades, pero los demás también». Se refiere a que tras la derrota del Real Zaragoza ante el Real Oviedo siguen dependiendo de sí mismos. La SD Huesca ha conseguido hacerse un hueco en los puestos que garantizan el ascenso directo y distanciarse por un punto del tercero, el Almería, a falta de dos encuentros.

«Tenemos que dar el cien por cien en los partidos que quedan, ponernos al servicio del entrenador y del equipo para conseguir estos seis puntos que son los más importantes de la temporada», consideró Cristo. Y es que este mismo viernes podrían estar ascendidos matemáticamente si ganan en Soria y los resultados de sus perseguidores se dan para ello: el Almería debe perder en Ponferrada y el Real Zaragoza no ganar frente al Albacete.

El tinerfeño no justificó la derrota ante el Racing de Santander, aunque apuntó que «en los partidos de fútbol, y más de esta categoría, puede pasar cualquier cosa». Añadió que el equipo no estuvo «bien ni preciso» y que «los nervios y la ansiedad hay que dejarlos a un lado». Estos les han «pasado factura», recalca el delantero.

Por este motivo, Cristo cree que «el peor rival del Huesca ahora mismo solo puede ser el Huesca». Para dejar a un lado los nervios, el partido de este viernes tiene una ventaja: la unificación horaria. «Nos va a dar que solo miremos hacia nosotros, que tengamos que hacer nuestro trabajo y luego que pase lo que tenga que pasar», explica.

Hay un equipo que sí deben tener en cuenta. Su inminente rival, el Numancia: «Es el de la ida. Un equipo que trabaja bien, que juega bien al fútbol, que está muy junto en todas las fases del partido», describe.

Sin embargo, el delantero insiste en la importancia del juego de su equipo y espera «al Huesca de El Alcoraz». Para esto, confiesa que están «trabajando para que el grupo se vea muy bien».

Por su parte, el azulgrana explica que como se encuentra cómodo es «por detrás del punta», pero también atisba beneficios en adaptarse a la posición de interior: «creo que he crecido, soy más intenso. Este año si lo tuviera que puntuar no ha sido mi mejor, pero me ha hecho crecer en cosas que no tenía y estoy agradecido a los compañeros y al cuerpo técnico por ello».

Para este último tramo de la competición, Cristo explica haber cogido «el cien por cien», aunque admite que «en todos los partidos se puede mejorar algo» y que está «trabajando en ello».