Esta vez, en la moneda salió cruz. El Casademont Zaragoza sufrió su primera derrota en casa frente al Joventut en otro final apretado que, en esta ocasión, cayó del lado verdinegro. Porque el Casademont falló cuatro tiros libres para, al menos, empatar en los últimos ocho segundos, porque los colegiados señalaron una rigurosísima falta a Justiz, la quinta, cuando estaba plantado en la zona, porque el Joventut estuvo algo más acertado, sobre todo en los detalles. El equipo aragonés echó de menos a Rodrigo San Miguel y acusó el cansancio acumulado porque no tuvo la frescura para imponer su ritmo durante los cuarenta minutos ni, sobre todo, su defensa. Lo que le había hecho triunfar en los anteriores encuentros en casa, le hizo sufrir ante la Penya. Y los verdinegros, que ya venían de subida, no desaprovecharon la oportunidad. Hicieron bien su trabajo y se llevaron el truinfo, el cuarto consecutivo (90-92).

Como partido, en su sentido más amplio de espectáculo, poco que objetar. Alternativas, muchos puntos y emoción hasta el último segundo. El plan perfecto para pasar una tarde de frío delante de la tele. Los aficionados del Casademont, que casi llenaron el Príncipe Felipe (9.512), disfrutaron y sufrieron a partes iguales. Se enfadaron mucho con los colegiados durante toda la tarde e intentaron hacer su parte apretando al Joventut y animando a los suyos. Los suyos tardaron en coger el ritmo del partido. No dominaron como en anteriores ocasiones y fue el Joventut el que salió mandando. A ritmo de Prepelic, básicamente. El esloveno dio un recital en la primera parte con 17 puntos en 13 minutos de juego. El Casademont entendió que por ahí se le estaba escapando el partido y, en la segunda, el escolta ya solo anotó 6 puntos.

En el debe del Casademont cabe anotar también las pérdidas, hasta 15, a lo largo del partido. Pero el Joventut sumó 14, así que tampoco fue eso lo más decisivo. O quizá sí, porque en un marcador tan ajustado cualquier detalle, cualquier tiro libre, cualquier ayuda tardía, acaba siendo decisiva. Al equipo aragonés le faltó consistencia en defensa casi siempre y, cuando la tuvo, el Joventut ya estaba cómodo y conseguía sobrevivir. Y en ataque, le faltó precisión. Optó por jugar cuanto más cerca del aro le fuera posible y aún así se le escaparon muchos puntos por falta de acierto y contundencia.

Estuvo bien dirigido por Carlos Alocén. Muy bien, en realidad. El zaragozano fue inteligente para decidir lo mejor para el equipo en cada momento, con asistencias o con puntos. Seeley fue de más a menos pero acabó como máximo anotador y Benzing, en su línea. El alemán no se esconde nunca y tira las veces que haga falta. Pero no sabe cuándo debe dejar de hacerlo. Por dentro, Justiz tuvo muchos problemas de faltas, la mayoría en ataque, y regresó Fran Vázquez, antes de lo previsto, tras su lesión muscular. El partido se mantuvo en igualdad la mayor parte del tiempo. Fue un tira y afloja. Hubo 20 cambios de liderazgo en el marcador y la máxima diferencia fueron los 10 puntos que alcanzó al Joventut (64-74). El Casademont solo llegó a mandar por seis (8-2).

EL FINAL / Entre intercambios de canastas y protestas del público se llegó al tramo decisivo en máxima igualdad. El último cuarto empezó con 61-69 y se llegó con empate a los últimos cinco minutos. El partido era entretenido y el Casademont estaba donde tantas otras veces: no hacía su mejor partido pero estaba en disposición de ganarlo. Con una buena defensa y un mejor acierto, claro. A 1.50 del final, el Casademont ganaba por cuatro (88-84). Pero le señalaron falta en ataque a Justiz y, en la siguiente jugada, la quinta cuando el cubano se había plantado en la pintura. Lo protestó mucho, se quejó el pabellón, pero el pívot se fue al banquillo.

Empató López-Aróstegui pero Fran Vázquez puso otra vez ventaja con 45 segundos por delante (90-88). Empató Prepelic, Seeley falló un triple bien lanzado y López-Aróstegui puso el 90-92 desde el tiro libre. Quedaban 7 segundos de juego. Omic hizo falta sobre Seeley y el norteamericano falló el primero. Lanzó a fallar el segundo y el rebote lo capturó Radovic, a quien le volvieron a hacer falta. Otros dos tiros libres a 2 segundos del final. El montenegrino repitió la jugada, falló el primero y lanzó a fallar el segundo, pero el palmeo de Hlinason no fue a ningún sitio y el partido llegó a su fin. El Casademont sufrió su primera derrota en casa ante un rival que supo jugar muy bien sus cartas. Y sin tregua, mañana llega el Dijon.