El Atlético de Madrid completó hoy su irrupción entre los ocho mejores equipos de Europa con su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones con un 4-1 al Milan, una demostración más de la competitividad rojiblanca con Diego Costa, en dos ocasiones, Arda Turan y Raúl García como incontestables goleadores. Fue una noche grande de Champions en el Manzanares, de esas anheladas por los hinchas desde hace años. Se sentía en el ambiente, el mismo de aquel 19 de marzo de 1997 frente al Ajax en los cuartos de final. A esa ronda del torneo volverá 17 años después con un camino solvente y sin derrotas en esta edición de la competición. Su comienzo fue inmejorable.

El cronómetro marcaba dos minutos y medio cuando una jugada rápida, de esas que tantos goles le han dado al equipo, asociado a ese fútbol directo incontrolable para sus adversarios: un robo de pelota, de Gabi; un centro perfecto, de Koke; y un remate magnífico, de Diego Costa. Medio gol fue de Koke, el otro medio de Diego Costa, que anotó de forma acrobática el 1-0. Replegó líneas el Atlético, a la espera de las embestidas de su contrincante, ninguna hasta que en una larguísima jugada por la banda derecha encontró el equipo italiano una vía hacia la portería de Courtois, con un buen centro al área y un remate de cabeza de Kaká a la red.

Sintió entonces preocupación el Atlético. Pintaba a problemas el encuentro hasta que la fortuna reactivó al equipo rojiblanco con el 2-1 en el minuto 40. Lo marcó Arda Turan con la colaboración involuntaria de Bonera. No parecía un tiro demasiado peligroso para Abbiati el lanzamiento del turco desde el borde del área, pero el toque en el central lo transformó en una parábola inalcanzable. Raúl García a centro de Gabi hizo el tercero. Un larguero de Robinho fue la respuesta del Milan, hundido con el 4-1 posterior de Costa e incapaz de poner en duda el pase del Atlético, un nuevo reto para un equipo que también impone su ambición en Europa.