La máquina chirría sin una de sus piezas. El bajón en el nivel de juego del CAI Zaragoza sin Matías Lescano, lesionado en la final de la Copa Príncipe (1-2-04), se aprecia a simple vista y, además, tiene una plasmación incontestable a nivel estadístico. El equipo ha acusado la baja del Bicho , que podría reaparecer el viernes contra el Ourense, por la ausencia de su aportación y por la caída libre que ha experimentado el rendimiento de varios jugadores en estos dos meses. El hueco que ha dejado en este tiempo Matías no ha encontrado dueño y el CAI ha convertido una racha extraordinaria en un mar de dudas y preguntas inquietantes.

Los números son preocupantes. Lescano dejó al CAI colíder con catorce victorias y seis derrotas después de haber sumado diez triunfos consecutivos con un baloncesto exquisito para la LEB. Hoy es quinto, con un bagaje de 17 partidos ganados y once perdidos. De los últimos seis, sólo ha ganado uno, y ha cedido el basket-average con el Plasencia, el Menorca, el Bilbao y el León.

PEOR DEFENSA, PEOR ATAQUE El equipo, que había adquirido un alto tono en ataque (84,35 puntos de media) y se había fortalecido en defensa (76,5) se ha transformado en ocho partidos en casi lo contrario. Desde que Lescano no salta a la cancha, el CAI ha reducido su caudal ofensivo (76,3 puntos por encuentro) y se ha hecho más blandengue (recibe 82 puntos de media).

Esta tendencia colectiva tiene una correlación individual. La gran mayoría de los jugadores ha sufrido un retroceso generalizado en la calidad de su juego, lo que se plasma de forma efectiva en sus números que, eso sí, esconden otras deficiencias que no quedan reflejadas en la estadística. El bajón ha sido especialmente acusado en varios de ellos. Oscar González, Sabaté, Mesa y Doblado han reducido sus porcentajes de acierto, tanto en tiros de dos como de tres (ver gráfico).

Especialmente significativo es la caída en picado en la efectividad desde la línea de 6.25 . Diego Ciorciari ha acreditado en los últimos ocho partidos un 19,3% de tres, superando incluso el paupérrimo 21,6% de las 20 primeras jornadas. Oscar González, un especialista, ha pasado de un 44% a un 30% y Sabaté, de un 35,8 a un ridículo 8,3%. Doblado y Ferrer, aunque todavía poseen porcentajes mejores, también han perdido puntería. Benito anota el 44,5% de lo que intenta cuando, con Lescano en condiciones, hacía un 47% y Ferrer ha perdido cuatro imperceptibles décimas (de un 33% a un 32,6%).

LOS REBOTES De la cuesta abajo en la que se ha metido el CAI en los últimos seis partidos no se salva nadie. Ni Otis Hill, ni Lester Earl. Aunque en ausencia de Matías, los dos pivots americanos han anotado con más fluidez y han mejorado su valoración individual, han desatendido el rebote de forma ostensible.

Si Otis había capturado 6,35 rebotes de media en las 20 primeras jornadas, en las últimas ocho sólo ha cogido 5,4. Más relevante es el dato que hace referencia a Earl. Lester, que se había instalado en el trono de máximos reboteadores con 8,2 de media, ha bajado su aportación hasta los 6,8. Las pruebas numéricas son fiables y, aunque no recogen por completo todos los parámetros del juego, se aproximan mucho a la realidad del problema.