Roger Federer y Rafael Nadal se enfrentaron por última vez en una final de Wimbledon en el 2008 y nueve años después el duelo podría repetirse. Fue un partido épico. El último que se jugaba sin el techo corredizo que se estrenó al año siguiente. Durante 4 horas y 48 minutos, con dos interrupciones por la lluvia, en la final más larga de la historia del torneo, rozando la suspensión por falta de luz natural, el tenista mallorquín, de 22 años, logró derrotar al eterno campeón suizo por 6-4, 6-4, 6-7 (5-7), 6-7 (8-10) y 9-7.

Federer ganó su primer Wimbledon en el 2003 y desde entonces solo Nadal y, después, Novak Djokovic y Andy Murray han inscrito su nombre en el palmarés. Los cuatro han cerrado el paso a cualquier otro aspirante a sentarse en la mesa redonda del All England Tennis Club de Londres.

Esta nueva edición, la 133ª desde que se jugó por primera vez en 1877, se abre con la duda de si el dominio del Big Four se seguirá manteniendo. De momento los cuatro han sido colocados por los organizadores de Wimbledon como los primeros cabezas de serie, desplazando a la quinta plaza a Stan Wawrinka, número 3 mundial, que nunca ha tenido grandes resultados en hierba. Tampoco estaba entre los candidadtos cuando ganó en Australia (2014), Roland Garros (2015) o el Abierto de Estados Unidos (2016). Ya solo le falta Wimbledon en su colección de cromos de Gran Slam.

81 euros por Feliciano

Las casas de apuestas también apuestan por los cuatro tenores. La victoria de Federer se paga a 3 euros en William Hill; la de Murray a 5; la de Nadal a 5,50 y la de Djokovic a 7 por euro invertido. Tras ellos, pero lejos, el primero que aparece es Raonic, finalista el año pasado, por quien se dan 21 euros mientras que una victoria de Feliciano López, reciente campeón en Queen’s y finalista en Stuttgart, se paga a 81 euros.

Federer, Murray, Djokovic y Nadal han certificado su valor por sus resultados en la última década en Wimbledon (ver gráfico) pero eso no evita las dudas de cómo afrontan el torneo este año. Murray defenderá el título y el número 1 mundial. El escocés lleva una mala temporada, con problemas físicos, resultados pobres (seis derrotas ante rivales muy inferiores), el último su inesperada eliminación en la primera ronda de Queen’s que ganó el año pasado. «Ha sido un golpe duro. Jugando así no me veo capaz de ganar Wimbledon», ha admitido el escocés.

No está mejor Djokovic, sumido en una crisis de juego, frustrantes derrotas, ansiedad y fatiga mental que comenzó el año pasado al caer en la tercera ronda de Wimbledon, donde había ganado en el 2015. La victoria esta semana en Eastbourne y la presencia de Andre Agassi a su lado, junto al croata Mario Ancic, al que ha contratado como entrenador ahora, pueden dar el clic que necesita el serbio. «Ganar en Eastbourne es la mejor preparación para Wimbledon», ha valorado Djokovic.

Si Murray y el serbio llegan a la baja, por contra Federer y Nadal se han reinventado para presentar otra vez la candidatura en Wimbledon. El suizo ganó su séptimo y último título en el 2012, pero cinco años después se siente con fuerzas de sumar el octavo tras un inicio de temporada sorprendente en el que ganó en Australia su 18º Grand Slam y encadenó Indian Wells y Miami. Tras tres meses sin pisar las pistas la semana pasada ganó por novena vez en Halle. «Tengo siete títulos aquí, pero el ocho es mi número favorito», anunció aunque señala que «cuando los cuatro estamos bien está todo muy igualado».Para conseguirlo Federer ha renunciado a Roland Garros. «Yo quería jugar agresivo y estar rápido de piernas y cabeza. No podía desgastarme», ha afirmado el suizo, de 35 años pero con el espíritu de un júnior.

Nadal es el único de los cuatro que jugará en Wimbledon sin haber disputado un torneo de hierba. El mallorquín renunció a Queen’s para recuperarse de Roland Garros. La falta de rodaje será su hándicap de salida. «Las primeras rondas serán vitales», ha recalcado pendiente de sus rodillas. Si supera la prueba y logra entrar en la segunda semana su cotización subirá. Dos títulos y tres finales le avalan: la última se remonta al 2011 cuando cayó ante Djokovic.