En un momento más que delicado sopla las velas el Real Zaragoza por cumplir los 85 años desde su fundación. Hoy ese aniversario está lleno de urgencias, clasificatorias, sobre todo, pero también económicas en un club que vive ahora en un agujero muy oscuro del que no ve la salida. El Sevilla Atlético, un filial del que fue un rival en la nobleza de la Liga y que ahora está a años luz, es el enemigo en esta fiesta donde hay poco espacio para la tarta y las serpentinas. El Zaragoza, tras caer en Córdoba, confirmó que su pelea es la de no bajar a Segunda División B, un desastre de funestas consecuencias y para el que tiene cinco puntos de renta.

Habló tras ese partido en el Nuevo Arcángel, tras otra decepción en este curso, José Enrique de la cruda realidad, de la «mierda», palabras textuales, que es para el Zaragoza luchar solo por no bajar a Segunda B. Sus compañeros esta semana han lanzado unos mensajes más de calma, confiando en que el equipo no tendrá problemas para sellar la permanencia. Está bien esa seguridad, aunque los números no dicen eso. O por lo menos no son tranquilizadores. El Zaragoza es uno de los peores del 2017, lleva dos victorias en 10 partidos y ha encajado 40 goles, una cifra que solo Mirandés y Nástic superan.

Necesita el Zaragoza ganar hoy. Por lo civil o por lo criminal. Todo lo que no sea una victoria disparará los miedos a poco que alguno de los de abajo se equivoque y gane alguna vez. Que alguna vez ganarán. Y Raúl Agné también vive un nuevo examen, el enésimo. Ha aprobado pocos o casi ninguno, pero ahí sigue, en el alambre y con una continuidad que llega más por las circunstancias que por la confianza del club en él, bajo mínimos hace tiempo. Lo cierto es que ni las sensaciones ni los números (22 puntos en 18 partidos) motivan para que esa confianza sea mayor.

Hoy no estará Agné en el banquillo por su expulsión en Córdoba y en La Romareda se ha preparado un tifo para celebrar esos 85 años. También se hizo una promoción de descuentos en entradas para socios, de escaso eco, por cierto. Ojalá el Zaragoza, más fuerte en casa que fuera, aunque también en La Romareda ha vivido vaivenes por su inconsistencia, no se cargue la fiesta con un resultado negativo que, dicho queda, sería un fallo gravísimo y tendría las reacciones en una grada entre hastiada y harta de su equipo, grande y con títulos en muchas épocas y vulgar hasta la desesperación ahora.

Agné no cuenta con Xumetra y eso apunta a darle plaza a Dongou para acompañar en ataque a Ángel, casi único bastión goleador del equipo. La ausencia de Fran, baja de última hora por la muerte de su abuelo, dejará en el lateral derecho a Feltscher, más firme que ofensivo. Ángel y Zapater, entre algodones, jugarán y parece que no llegará a tiempo por sus molestias Edu García.

EL DESCARO DEL RIVAL

El Sevilla Atlético es el peor equipo de la segunda vuelta y ha bajado su nivel, pero tiene el atrevimiento y el buen fútbol de una camada de jugadores que dará que hablar en los próximos años y con un técnico, Diego Martínez, de los que hacen muy bien su trabajo. La Romareda es un escenario para lucirse para este equipo y calidad tiene de sobra para hacerlo y para dejar en la UVI al Zaragoza en su cumpleaños.