Dirigió al Utebo y al Ejea en Tercera y al Barbastro en Segunda B. Y después de tres años en la secretaría técnica del Huesca, David Navarro pasó a dirigir a su filial, el Almudévar, equipo que ha dejado ahora para acudir al rescate del Huesca. El objetivo: subir o subir.

--¡Vaya victoria ante la Real Sociedad B! En el último minuto...

--Fue un cúmulo de situaciones adversas, que comenzaron el sábado con una gastroenteritis de varios jugadores a la vez, luego llegó la lesión de Marc (Martínez), la ocasión clara que tuvimos para adelantarnos y fallamos, la entrada de Barber --por Marc--, que también se lesiona, la expulsión de Llamas, el buen hacer de la Real... El equipo se sobrepuso a todas esas adversidades y al final la suerte cambió la cara.

--Lleva como técnico oscense tres partidos. Y tres victorias.

--Es anecdótico. Ya es pasado. Hemos recortado distancia con muchos equipos, aunque todavía seguimos a cuatro puntos de los playoffs. Hemos hecho tres peldaños, faltan cinco.

--Están en racha, pero solo quedan cinco partidos. ¿Optimista?

--Solo pensamos en el Sestao, pero optimistas somos desde el primer día, porque es la mejor manera de afrontar una situación definitoria. Tenemos argumentos como para creer en el equipo a nivel deportivo y de compromiso. Somos el Huesca.

--El calendario es asequible, pero ahora llega el líder.

--Nunca sabes qué partido va a ser más complicado, pero viene el líder y con una buena racha, nueve triunfos y un empate, pero con tantas victorias cada día estás más cerca de perder y vamos a intentar que sea esta semana.

--Están a cuatro puntos de los playoffs, pero a cuatro de muchos equipos.

--Es un error echar cuentas. Tenemos que centrarnos en que ahora tenemos una final, que puede ser definitiva o nos puede ayudar a seguir vivos. Si ganamos, que el resto haga lo que quiera.

--¿Y si no se consigue subir a Segunda División?

--Eso ni me lo planteo. No es una opción no subir.

--¿Ha conseguido inculcarle al equipo lo que busca?

--Los equipos, al final, no se tienen que adaptar a la idea de fútbol del entrenador, sino que el entrenador se tiene que adaptar a las características de los jugadores. Las lesiones, sobre todo la de Marc, ha hecho que tengamos que modificar en varias ocasiones la idea inicial, pero el argumento principal no cambia.

--Era entrenador del filial del Huesca, ¿conocía bien el equipo?

--Hemos coincidido muchos días en entrenamientos, aunque partidos solamente he visto un par por el calendario. No era un conocimiento exhaustivo.

--Estuvo tres años en la secretaría del Huesca. El club sí lo conocía...

--Sí. Aunque han cambiado algunas personas. El estilo de trabajar, de seriedad, ya lo conocía. Tenía información previa.

--¿Esperaba la llamada o le pilló por sorpresa?

--Ya estaba preparando el partido del Tamarite... Me encontraba en unas charlas y cuando llegué a casa por la noche, el presidente del Almudévar me comunicó que el Huesca se había puesto en contacto con él. Evidentemente era una oportunidad para disfrutarla. Todos queremos llegar a un sitio superior.

--Usted viene de Tercera, ¿siente que su fichaje por el Huesca es un triunfo del fútbol regional?

--Cuando he estado entrenando, he visto que otros entrenadores han llegado a sitios exitosos y siempre parece que te ayuda cuando ves a alguien conocido. No trabajo para defender el nombre del técnico aragonés ni para ser una referencia, no soy nadie para eso. Es una alegría o una reivindicación de la labor, cada uno va labrando su destino.

--Otro que viene de abajo, Larraz, pudo haber dirigido al Zaragoza.

--No soy quien para opinar sobre lo que hagan otros clubs. Si hubiera sido Emilio hubiera sido bonito y merecido, pero también ha venido otro entrenador aragonés, Víctor Muñoz. Cuando eres de la tierra, tienes un sentimiento hacia el club que alguien de fuera no va a tener.

--Ha sido una pena que el Sariñena bajara tan pronto.

--Pero ha competido bien. Los números que ha tenido no han sido de equipo de descenso prematuro. Yo creo que ha tenido un papel muy digno.