El legado que dejó Johan Cruyff no se mide por los resultados ni los títulos, por mucho que se conmemore el 25 anivesario de Wembley. Aquellos que se enfrentaron a él como futbolistas y entrenadores que conocieron, seguramente, más derrotas que victorias, glosaron su personalidad, la gestión del vestuario y la idea de fútbol más que los títulos que dejó en los ocho años al frente del Barça. "Koeman podría no haber metido la falta y el equipo podría haber perdido en los penaltis", sugirió Javier Clemente, "y no por ello aquel Barça habría sido menos grande".

La reflexión del técnico bilbaíno, cuya relación con Cruyff pasó de la amistad a la enemistad "cuando era seleccionador, porque no quería que me llevara tantos jugadores" y volvió a ser cordial después, incidió en la influencia que ejerció el recordado técnico holandés por encima de los resultados. Clemente, retirado virtualmente de los banquillos, fue el más locuaz de los tertulianos que reflexionaron sobre El legado de Johan dentro del ciclo de charlas que ha organizado el Barça para conmemorar el aniversario de Wembley.

LAS "SINGULARIDADES"

Vicente del Bosque, siempre comedido, resaltó "las singularidades" del equipo de Cruyff, como la utilización de dos defensas como Albert Ferrer y Sergi Barjuan, aunque opina que no cambió el concepto del fútbol. "Los equipos grandes siempre buscan amplitud y profundidad, ha sido así toda la vida", dijo el exseleccionador español, admitiendo que le daba "apuro" opinar así en el mismísimo Camp Nou. Sí ha cambiado a peor, a juicio de Del Bosque, la mentalidad de los futbolistas actuales. "Echo en falta una mayor generosidad de los jugadores hacia el entrenador, que no aceptan la sustitución con el 4-0 o 5-0 o cuando saben que serán sustituidos y lo hacen saber con gestos, teatralizándolo", explicó con cierto dolor Del Bosque. "El egoísmo irá a peor".

Los jugadores son, a juicio de Clemente, la clave del éxito de un entrenador. Aunque es éste quien los elige y los alinea. El Barça ganó en Wembley porque el ejecutor de la falta "era el tío que mejor le pegaba al balón de toda Europa". Cruyff ganó por la calidad de sus futbolistas; cuando esta mermó, "perdió como perdíamos todos", apuntó Clemente, que desmintió la leyenda según la cual fue él quien hizo los fichajes antes de la llegada de Johan a Barcelona en 1988. No negó que tenía una gran amistad con Josep Lluís Núñez, el presidente del Barça, aunque era el entrenador del Espanyol.

EL EMPLEADO DE NÚÑEZ

Esa relación nació por un vecino de Clemente que era empleado de Núñez. "Yo no les fiché, yo no tenía un duro", comentó, aclarando que habría reclutado a Bakero, López Rekarte y Txiki Begiristain para el Espanyol. "Yo di el veredicto de que eran buenos. Si traes a esto harás un gran Barcelona", repitió Clemente, en presencia de Nuñez, sentado en primera fila.

Clemente se confesó culé, medio en broma, y John Benjamin Toshack se confesó "más cobarde" que Cruyff. Recordaba el técnico del Madrid de aquella época que él utilizaba un sistema muy parecido al de Cruyff. «Yo jugaba con Chendo y Gordillo y Johan, con Goiko y Txiki», admitió el entrenador galés. Veintisiete años después no ha olvidado una derrota ante el Barça. "No hubo un antes y después de Wembley. Hubo un antes y después de la final de Copa de 19902, explicó, aludiendo al triunfo por 2-0 en la segunda campaña de Cruyff y que, presuntamente, salvó la cabeza. A partir de entonces vinieron las cuatro Ligas consecutivas y la Copa de Europa. "Aún me duele aquel partido".

Y BARTOMEU SE VA

Aún pudo escuchar esa frase Josep Maria Bartomeu, el presidente, que en mitad de la charla salió del Auditorio para una entrega de insignias a socios. También oyó el presidente azulgrana, con una sonrisa, las gotas de nostalgia de Clemente (y de Del Bosque) del fútbol de hace 30 años. "Me habría gustado enfrentarme entonces a Messi e Iniesta en invierno, con el barrizal aquél de Bilbao", dijo. Y con Goikoetxea en la defensa, se escuchó en el Auditori.

Clemente destacó la aportación de Cruyff tanto en el césped como en el vestuario. "El fútbol de Johan no tenía nada que ver con el de Pep; aquel apostaba por la velocidad y este por el control", observó, como tampoco se parecen en nada Johan y Ernesto. Valverde fue discípulo de Clemente en el Espanyol y el Athletic. "Es mi amigo. Para mí todos los entrenadores son cojonudos". Del Bosque reinvidicó "el gran trabajo" que avala su carrera anterior antes de llegar al Camp Nou.